Esta calificación se sitúa por debajo de la fijada para el sector inmobiliario español, en Baa1 con perspectiva positiva, ante la resiliencia de un mercado, caracterizado por la escasez de oferta estructural.
Una situación de la que Aedas podrá sacar ventaja por el número creciente de hogares en las regiones donde opera. Su banco de suelo, destacan los analistas de Moody´s, está en gran medida listo para construir y situado en zonas económicamente dinámicas que apuntalan su potencial de crecimiento.
En cualquier caso, la situación financiera sigue siendo débil, limitada por la postura más agresiva de Aedas. Situación explicada por la alta retribución a los accionistas con un efecto negativo en su ratio deuda/capitalización, socavando potencialmente la calificación, sobre todo ante un hipotético deterioro del negocio debido al carácter cíclico inherente a la industria de la construcción de viviendas, la persistente incertidumbre económica y las condiciones crediticias más estrictas.
Este riesgo se ve parcialmente compensado por el compromiso de la compañía de mantener su deuda neta/Ebitda por debajo de dos veces a partir del cierre del año fiscal en marzo de 2024. Otros desafíos incluyen la pequeña escala y el historial operativo limitado de la compañía, el riesgo de deterioro de la banco de tierras de propiedad y posibles riesgos de eventos derivados de la naturaleza fragmentada del mercado.
Con todo, las acciones de Aedas siguen mostrando una gran solidez tras confirmar, con una revalorización del 35% este año, la tendencia alcista iniciada a principios de 2023. Sus actuales niveles sobre los 24,6 euros marcan una línea de resistencia importante en este movimiento.
Si lo consigue superar despejaría el camino hacia el siguiente objetivo sobre los 27,3 euros, máximos de 2021, pero en caso contrario enfrenta una posible recaída hacia una zona en torno a los 22 euros.