Nvidia se ha visto sometida a una fuerte incertidumbre en Wall Stree durante los últimos meses. La compañía norteamericana puso en marcha un contrasplit de sus acciones en mayo tras superar los 1.000 dólares por título: Subió un 40% en unas semanas, hasta marcar un máximo histórico en junio por encima de 140 dólares. El martes se desplomó casi un 10% en la Bolsa de Nueva York aunque este miércoles ha rebotado ligeramente. Una investigacxiñón oficial del Ministerio de Justicia es la causa aparente de los vaivenes bursátiles.
Pero también empiezan salir a la superficie otras cuestiones que acentúan las dudas sobre un exceso de sobrevaloración.
El fabricante de chips y servicios tecnológicos estadounidense cerró su segundo trimestre fiscal con un incremento interanual de sus ingresos del 122% al superar los 30.000 millones de dólares al calor del “boom” que viene experimentado la Inteligencia Artificial (IA). El grupo ha rondado los 15.000 millones de dólares en beneficios, con un incremento del 139%.
Con todo, el dato más esperado está en la previsión de ingresos para el tercer trimestre. El grupo prevé alcanzar una cifra de negocios de 32.500 millones de dólares, superando las expectativas de principios de año en 31.850 millones. Otro de los datos esperados era el del margen bruto, del que se esperaba una importante caída debido a los costes por el aumento de la producción para satisfacer la creciente demanda, pero que ha logrado mantenerse en línea, en torno al 75,7%.
Los analistas apuestan por un período de consolidación
Estas cifras justifican en buena medida la rentabilidad superior al 145% de la compañía en el acumulado del año en Bolsa a pesar incluso en el ajuste de las últimas sesiones. Desde el punto de vista técnico, señalan los analistas de Self Bank, el problema de la compañía, al igual que el del resto de grandes tecnológicas, está siendo precisamente su extraordinaria revalorización en estos meses atrás. Una espectacular pendiente de subida insostenible en el corto plazo.
En este sentido, la firma considera que sería conveniente un período de consolidación algo más prolongado para suavizar la pendiente. La zona entre 90 y 97 dólares marca su principal zona de soporte en la actualidad al que podría acercarse en el marco de un hipotético proceso de consolidación en el corto plazo.
Esta hipótesis coge fuerza, apuntan otras fuentes del mercado, ante el ciclo de recorte de tipos de interés. Cuando la Fed recorta su política monetaria, los productos de tasas de interés siguen el mismo camino lo que obligará a los inversores a buscar rentabilidades en otros activos.
Eso permite anticipar un giro progresivo hacia acciones con dividendo interesantes, que no es precisamente uno de los fuertes de Nvidia, a pesar de aprobar una recompra adicional de acciones de 50.000 millones de dólares. De hecho, ya se empieza a observar, señalan los expertos, un giro de los fondos hacia mayores posiciones en empresas “value” con una fuerte infravaloración.
Otro de los grandes focos de atención en la presentación de sus cuentas, apuntan en Self Bank, estaba en los comentarios sobre su nuevo chipo Blackwell con unos problemas de producción que se encuentran en fase de solución tras la mejora de su manufacturing yield (el número de chips que salen de las fábricas).
La fuerte competencia entre sus principales riesgos
Este este es, precisamente, uno de sus principales riesgos que puede afectar a su cotización. Cada vez más clientes están trabajando en sus propios diseños para reducir la dependencia sobre las GPU de Nvidia, pero de momento están lejos a nivel de calidad y eficiencia. No se espera que Google, Meta, Amazon y Microsoft comiencen a ser serios contendientes hasta 2025-2026.
Por otro lado, alguno de sus rivales históricos en el sector de los videojuegos como AMD también están trabajando en GPUs para centros de datos y es su máximo rival en la actualidad. Intel también está haciendo un gran esfuerzo para acercar su tecnología a la altura de la de Nvidia.
De este modo, señalan en la firma de inversión, su EV/Ebitda para el próximo año de 32 veces y un PER de 39 veces suponen una valoración muy exigente, aunque se justifica por unas previsiones de crecimiento de los beneficios del 30% anual en los próximos cinco años, pero si los rivales consiguen adelantarse y empezar a arañar cuota de mercado a Nvidia se podría ver una corrección severa debido a las altas estimaciones de crecimiento.
Según el consenso de analistas recogida por FactSet, el precio objetivo promedio se situaba en 141,75 dólares antes de la presentación de resultados lo que supondría un potencial de revalorización del orden del 15% desde su cotización actual.