La lle­gada de Óscar López a Transformación Digital rompe de nuevo el di­fícil equi­li­brio ac­cio­na­rial del grupo

Prisa: golpe de Estado por la TV

Los so­cios del grupo me­diá­tico des­hojan otra vez la mar­ga­rita: 'tele' en abierto o for­zoso sa­nea­miento

Joseph Oughourlian, pte. de Prisa.
Joseph Oughourlian, pte. de Prisa.

El ate­rri­zaje de Óscar López -un hombre de total con­fianza de Pedro Sánchez- en el Ministerio de Transición Digital y Función Pública ha es­po­leado el viejo de­bate en el con­sejo de Prisa sobre la crea­ción de un nuevo canal de te­le­vi­sión que, ade­más, ase­gure la línea edi­to­rial pro­pi­ciada por El País y la Cadena SER. Impulsor desde su an­te­rior puesto en Moncloa (era di­rector del Gabinete de la Presidencia del Gobierno) del lan­za­miento de una nueva TV en abierto de corte pro­gre­sista, el motor de la idea es José Miguel Contreras, un "hombre de la casa" que ya hizo lo mismo bajo la pre­si­dencia de José Luis Rodríguez Zapatero.

Pero el presidente del grupo y principal accionista (29,568%) de Promotora de Informaciones (Prisa), el francés de origen armenio Joseph Oughourlian no comparte la idea. Y amenaza con irse si le fuerzan a ello y le cuesta más dinero. Detrás, en la recámara, está Vicente Bolloré, que apoya a Amber Capital (la instrumental del armenio) con mäs de un 11,7% de participación reconocida.

Las fuertes inversiones que requiere el lanzamiento de un canal televisivo y las pérdidas iniciales de un negocio intensivo en capital, frenan al ejecutivo franco-armenio tras la exitosa recapitalización conseguida en abril pasado mediante la emisión de obligaciones convertibles, con las que ha captado 100 millones de euros, tras los 130 millones conseguidos el año pasado en una emisión similar.

Operaciones que le han permitido rebajar sustancialmente el coste de la deuda del grupo y, con ella, los resultados financieros negativos, que caen el 25% en la primera mitad del año hasta los 49,1 millones.

Reparos que aceleran la venta de Santillana

Ante los reparos de Oughourlian, que reclama que le compren su participación con un 'merecido' beneficio (siempre tuvo pérdidas en su inversión), resucitan también las voces a favor del viejo proyecto de escindir Santillana de Prisa Media (El País y la Ser...) como vía para financiar el proyecto y, de paso, terminar de sanear el grupo mediático, cuya deuda financiera neta se situaba, al cierre del primer semestre, en 776 millones de euros; lo que supone 4,2 veces su Ebitda (64,3 millones a 30 de junio).

La cifra, no obstante, supone una importante reducción de la deuda bancaria en 55 millones, frente a los 767 millones de finales de 2023, gracias a la generación de caja de 59 millones y la inyección de la emisión del convertible. Dicho de otro modo, el saneamiento de la empresa empieza a ser perceptible aunque aún está en desarrollo. La primera mitad del año se ha cerrado con un recorte del 32,7% en las pérdidas en términos interanuales hasta situarlas en 24,4 millones de euros, y los fondos propios negativos de 428,2 millones con que se ha iniciado el ejercicio pesan.

Proyecto político

Desde el punto de vista técnico, la ocasión para conseguir la pertinente licencia será el lanzamiento del nuevo Plan Técnico Nacional de la Televisión Digital Terrestre que implicará que las televisiones en TDT pasen a emitir en Ultra Alta Definición (UHD) y permitirá la concesión de nuevas licencias.

El Ministerio de Transformación Digital tiene en estudio el nuevo Plan Técnico de la TDT, aunque tiene de plazo hasta 2030 para lanzar un nuevo concurso una concurso en el que Prisa aparecería como principal favorito para obtener otra licencia. El Gobierno de Pedro Sánchez tiene. 'prisa', ante la hipotética eventualidad de unas nuevas elecciones.

En el consejo de Prisa las posiciones parecen divididas entre la del presidente (Amber Capital), apoyado por su ‘socio’ en otros negocios, Vivendi (controlada por Vicent Bolloré. Y las del resto, sobre todo los proclives a la línea editorial actual.

La asociaciçon entre Amber y Bolloré viene de Francia, y de tiempo atrás. Vivendi compró la participación de Amber Capital en el grupo Lagardère antes de lanzar la OPA que le dio el control de la empresa. Lagardère es propietaria en España de Alianza Editorial y Anaya y de las editoriales francesas Hachette, Larousse o Les éditions Albert René, propietaria y editora de los conocidos cómics de Astérix.

Lagardère es, tras Vivendi, una de las principales empresas del controvertido empresario Vicent Bolloré, posicionado como uno de los principales apoyos de la ultraderechista francesa Marine Le Pen tanto en el Frente Nacional como en su actual formación, Agrupación Nacional.

Frenado por el Gobierno de Sánchez

Tras adquirir una primera participación del 9,9% de Prisa, Vivendi (Bolloré) controla actualmente el 11,795% del grupo mediático español, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El empresario francés no ha ocultado su interés por el área editorial de Prisa, encabezada por Santillana, que aporta la mitad de los ingresos del grupo: 207 millones de euros en Media y 209 millones en el área de Educación durante el primer semestre. Pero de ahí no ha podido pasar por impedimento de la Moncloa.

Y es, precisamente, el buen entendimiento entre Vivendi y Amber Capital -o entre Bolloré y Oughourlian- lo que preocupa a buena parte de los ‘accionistas tradicionales’ de Prisa y a Moncloa. Por un lado, para asegurar la línea editorial y por otro, para mantener el dibujo original de actividades del grupo fundado por Jesús de Polanco.

Hasta ahora, la gestión de Joseph Oughourlian no parece haber modificado en profundidad la línea editorial de los medios de Prisa -pese a algunas críticas desde el partido en el poder- aunque buena parte del resto de accionistas presiona a favor de ese nuevo canal de TV tanto por su efecto mediático (volver a ser un grupo integral tras la venta de Canal +), como por el económico (aumentar la dimensión aumenta el volumen de fondos publicitarios a gestionar) y por el político (consolidar las relaciones con el Gobierno de coalición y su principal partido).

Polanco parece cambiar de lado

En defensa del nuevo proyecto televisivo se sitúan la familia Polanco (mantiene el 7,611% a través de Rucandío Inversiones), el presidente del a naviera Balearia, Adolfo Utor (posee el 5,414%), Diego Prieto (3,12%) y, sobre todo, Global Alconaba (7,076%), la inversora controlada por Andrés Varela Entrecanales, que adquirió su participación a Telefónica.

Con una postura de momento indefinida parecen situarse el Banco Santander (4,145%) y los empresarios mexicanos Carlos Slim (posee el 7,015%) y Roberto Alcántara (4,805%). En ellos -o en su suma- puede estar la clave antes de que el actual debate interno se transforme en un "golpe de efecto", o más bienen un auténtico golpe de estado interno.

El lanzamiento de un nuevo canal de televisión ‘afín’ al Gobierno es un proyecto que en el último año ha ganado fuerza en La Moncloa como vía para ‘compensar’ el panorama mediático actual. El diseño del proyecto corre a cargo del periodista, reconocido experto audiovisual y profesor universitario José Miguel Contreras que, desde febrero pasado, es responsable de Contenidos, de Prisa Media.

Contreras ha sido, entre otras cosas, co-fundador de Globomedia (promotora de La Sexta, de la que fue CEO), fundador de Telemadrid, vicepresidente de Atresmedia y fundador y propietario de la empresa Lacoproductora que Prisa Media ha integrado este mismo año.

La cuestión es hasta qué punto Moncloa pueda querer ‘cobrar’ a Oughourlian su visto bueno a la entrada del inversor francés en Indra en un momento en el que la consideración de estratégicas a empresas como Telefónica o Talgo parece no haberse aplicado a la tecnológica que preside Marc Murtra, llamada a convertirse en el eje del futuro polo de defensa español.

A través de Amber Capital, Joseph Oughourlian controla el 6,231% de Indra desde junio de 2022, fecha desde la que atesora una plusvalía superior al 102%. Una inversión que, al menos en algunos círculos, se entendió como un medio para que el inversor francés financiara su continuación en el grupo mediático que hoy preside. Y se resarciera de sus pérdidas históricas en Prisa. Pero esa es otra historia.

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