Todo ello da una consistencia y un equilibrio al grupo que va calando en el mercado, a pesar de recortar un 24% su beneficio en el primer semestre, 269 millones de euros, debido al impacto negativo de la finalización de la vida útil regulatoria de sus activos anteriores a 1998.
Con todo, Redeia sigue manteniendo sus estimaciones para el cierre del ejercicio con un beneficio neto por encima de los 500 millones de euros y un Ebitda superior a los 1.300 millones. Eso explica el movimiento al alza en las recomendaciones de los analistas. La última de ellas la de RBC que este pasado mes de agosto aconsejo sobreponderar el valor con un precio objetivo de 20,5 euros por acción.
Eso supone un potencial de más del 20% que sumar al 15% de revalorización que ya acumula Redeia en el global del ejercicio y a una rentabilidad por dividendo cercana al 6% anual. Una buena oportunidad para los operadores que están buscando un valor defensivo ante el incremento de la volatilidad previsto para los próximos meses.