En el trasfondo, los crecientes problemas medioambientales que las plantas de renovables están encontrando tanto entre la opinión pública como en las diversas Administraciones como acaba de ocurrirle en Euskadi.
Solaria ha recibido el rechazo de las Diputaciones Forales de Álava y Vizcaya a sus planes fotovoltaicos por considera que afectarán "muy gravemente al medio natural, al medio agrario y a la ordenación territorial". Con ello, la energética se ha encontrado con que no podrá construir -al menos de momento- tres parques fotovoltaicos. El problema está en en una línea de alta tensión de más de 100 kilómetros que conectaría los tres parques y, a través de las dos provincias, desembocaría en el Puerto de Bilbao.
Los problemas de este tipo son habituales en el sector -y uno de los motivos del alto coste en tiempo de cada proyecto- aunque en el caso de Solaria se suman a las protestas vecinales en varios de sus plantas de Guadalajara (Castilla-La Mancha).
La proliferación de plantas de renovables en todo el país hace que la ubicación -como en la inmobiliaria- sea la clave. Quizá por ello, la energética acaba de cerrar una alianza con el gigante Repsol para la búsqueda conjunta de terrenos aptos para la instalación de plantas de energía verde.
Dentro de ese anunciado giro a su estrategia se enmarca uno de los proyectos más ambiciosos de la compañía: el desarrollo de un centro de proceso de datos para Inteligencia Artificial en Puertollano (Ciudad Real). El proyecto, para el que se ha aliado a la japonesa Datasection, supone una inversión inicial de 500 millones de euros y se desarrollará a partir de las ‘salas blancas’ de sus instalaciones manchegas en las que antaño producía células fotovoltaicas.
Más negocio, menos beneficio
Las previsiones de analistas como Guillermo Barrio, de CIMD Research, estiman que el negocio, en términos de ingresos, crecerá cerca del 10%, hasta los 110 millones de euros; como consecuencia de un incremento en la producción del 23% que alcanzaría los 1.235 GWh. La bajada del precio de la energía durante este año o, mejor, la capacidad de la empresa para haber capturado precios interesantes.
Aún así, para Barrio, de confirmarse esas cifras de producción se confirmaría “la relajación del crecimiento interanual que ya vimos en el primer trimestre; en ausencia de variaciones relevantes de capacidad, la producción durante el segundo trimestre suele ser el doble que la generada a marzo”.
Según sus cálculos, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) de Solaria crecerá el 9% en términos interanuales hasta situarse en los 97 millones como consecuencia de un aumento en los costes operativos. De forma que el beneficio neto estimado estará en la banda de los 49 millones de euros; lo que implica un crecimiento del 2% con respecto a la primera mitad del ejercicio pasado.
Los mismo analistas prevén que Solaria aumente su capacidad de producción anualmente en torno a los 700 MW hasta 2027. Aunque también tienen en cuenta que la capacidad puesta en servicio por la empresa no oculta los retrasos de sus proyectos que esperan que se recuperen a partir del próximo año hasta llegar a los 4.200 MW de capacidad instalada al cierre de 2027 .
Solaria informó en mayo que contaba con 1.425 MW en construcción, que sería puesta en servicio a mediados de 2025. La energética ha conseguido declaraciones de impacto ambiental (DIAs) para unos 4.000 MW.
Pese a todo, el valor sigue sin recuperar el pulso en Bolsa. La acción cerró el viernes a 11,7 euros (bajó el 2,99%), aunque lleva acumulado en el año una pérdida del 34,5%. Solaria se mantiene como la empresa con mayor atractivo para los inversores bajistas, con siete grandes fondos internacionales con posiciones cortas: BlackRock (4,29% del capital), seguida por Qube Research & Technologies (1,98%), Pertento (1,25%), PDT Partners (0,89%), SFM Ireland (0,71%), Voleon Capital Management (0,59%) y Marble Bar (0,52%).