D. Santiago Ramón y Cajal en su libro “El mundo visto a los ochenta años” nos sorprende con un descarado comentario sobre el creciente desnivel de la Balanza Comercial. En efecto afirmaba: “Dada la disminución de las exportaciones…. Somos un país pobre, exportador de algunos frutos, cada vez más dejados y rechazados en los mercados extranjeros, no hay que ser zahorí para vaticinar la amenaza de bancarrota…. Nuestros adinerados fabricantes en vez de promover nuevos inventos se contentan con el lucrativo, aunque no muy honroso cometido, de aprovechar patentes caducadas….”
Las cosas no van como decía Don Ramón, afortunadameme: Al finalizar el primer cuarto del siglo XXI, aquella menguada balanza comercial, se ha convertido en una pimpante balanza de pagos que registra un superávit que asciende al 3% del PIB. Las frutas y hortaliza, vinos y aceites, son un negocio brillante y apreciadísimo en los mercados europeos. Capítulo exportador que representa el 17,7% del total de mercancías vendidas al extranjero. En la actualidad un 60% de las exportaciones españolas corresponde a la maquinaria y bienes de equipo, 19,2% del total, acompañada por los productos de la industria química y del sector del automóvil.
Un 70% para Europa
En el pasado julio Europa sigue siendo, con un 70,7% el principal mercado para España. La UE es cliente destacado con una participación del 57,6% de las exportaciones españolas. El superávit de los intercambios con Europa totaliza 3.000 millones de euros en el último julio. frente a 2.068 millones en julio de 2023.
Todas las comunidades autónomas participan del esfuerzo exportador, destacando Cataluña, con un 27,8% del total; mientras que los mayores incrementos interanuales en las exportaciones corresponden a Andalucía, con un 23,3% y un 27,3% a Castilla León. Adiós a las sombrías advertencias de D. Santiago, médico y científico sobre la suerte de la economía española.