La actividad del grupo, con una excelente diversificación tanto de negocio como geográfica en los últimos años tras un arduo proceso de reestructuración, empieza a funcionar como un reloj suizo. Las cosas se están haciendo muy bien en especial en Arabia y Latinoamérica.
En este sentido, la facturación internacional,75 millones de euros, supuso en 2023 más de un 30% del total de la cifra de negocio, con la previsión de que en 2028 llegue a representar más del 50% del total. La previsión es que siga creciendo hasta llegar a representar más del 50% del total con un mercado español que pese a la enorme demanda se muestra tremendamente incierto por la sobre regulación.
En cualquier caso, la necesidad de España de construir más de 200.000 viviendas al año durante la próxima década para cubrir el exceso de demanda supone un mercado muy jugoso con sus filiales posicionadas en las zonas más relevantes del país.
Una proyección que los accionistas esperan se vea certificada con la presentación de los resultados del primer semestre que deben estar al caer. Eso explicaría el reciente interés mostrado por el mercado en estos días.
El valor ha experimentado una especular revalorización esta semana, coincidiendo con el agresivo recorte de tasas por parte de la Fed, que servirá de acicate para su negocio en Latinoamérica. Un rebote de gran calado que puede ser la primera piedra para un cambio radical de tendencia. Al menos, eso esperan sus accionistas.