Cuatro grandes eléc­tricas con­trolan y operan las cinco cen­trales nu­cleares es­pañolas ac­tivas

La UE presiona a las nucleares españolas para que reclamen al Gobierno aplazar su cierre

Ursula von der Leyen de­fiende esta fuente de energía para ase­gurar la au­to­nomía ener­gé­tica eu­ropea

Ursula von der Leyen en el Globalsec2024.
Ursula von der Leyen en el Globalsec2024.

Las nu­cleares es­pañolas han vuelto a re­petir la pe­ti­ción de que se am­plíe la vida de las cen­trales en otros diez años ani­madas por las de­cla­ra­ciones de la pre­si­denta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que ha sub­ra­yado en Praga (República Checa) que Europa ne­ce­sita “producir más energía pro­pia: más ener­gías re­no­va­bles, más energía nu­clear, más efi­cien­cia” para ase­gurar la in­de­pen­dencia ener­gé­tica de la Unión.

Una independencia que, dijo, fue puesta en riesgo por el presidente ruso, Vladimir Putin, tras el rechazo de la UE a la invasión de Ucrania.

En su participación del Foro GLOBSEC 2024 -una conferencia internacional sobre seguridad en la que participan políticos, empresarios, think thanks, académicos y ONGs- Von der Leyen fue tajante al señalar que “el intento de Putin de chantajear a nuestra Unión no sólo ha fracasado por completo, sino que, de hecho, ha desencadenado el impulso a la energía renovable autóctona europea que nos hace independientes”.

Con esos mimbres, el sector nuclear español vuelve a repetir la petición, que hizo allá por el mes de enero, de ampliar diez años la vida de las centrales que están en funcionamiento. En total, hoy operan cinco centrales nucleares (dos de ellas con dos reactores): Almaraz I y II (Cáceres), Ascó I, Ascó II y Vandellós II en Tarragona; Cofrentes (Valencia) y Trillo (Guadalajara). Según contempla el Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR) que aprobó el Gobierno a finales del año pasado, las se cerrarán entre 2027 y 2035. Además, están en periodo de latencia (25 años), previo a su desmantelamiento, las centrales de Santa Maria de Garoña (Burgos) y la central José Cabrera (Guadalajara) y Vandellós I (Tarragona) .

Frente a esta decisión, la Sociedad Nuclear Española (SNE), autodefinida como “una asociación sin ánimo de lucro formada por profesionales e instituciones del sector nuclear”, asegura que, para cumplir los objetivos de descarbonización que se incluyen en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es necesario mantener la aportación de la nuclear en el ‘mix’ energético.

Esta asociación, presidida por Emilio Mínguez -profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y miembro de Instituto de Fusión Nuclear entre otras- recuerda que la hoja de ruta de la UE prevé que la demanda eléctrica se duplique hasta 2050.

Unos objetivos que, asegura, no podrán ser cubiertos por una sola fuente de energía; por lo que considera “imprescindible contar con una cesta energética equilibrada basada en fuentes bajas en carbono que garantice un suministro estable, económico, seguro y sostenible” y por tanto, “la independencia energética de nuestro país ante incidentes geopolíticos o climáticos”; tal como subrayó Von der Layen en Praga.

Además, según sus estimaciones, con el ritmo actual de producción de hidrocarburos las emisiones aumentarán el 14% esta década; los eu pondrá en serio riesgo los objetivos del Acuerdo de París de 2015.

Sostenibilidad política

La SNE recuerda que la Comisión Europea (CE) clasificó como sostenible la energía nuclear para conseguir la descarbonización total en 2050, “tras un estudio del Centro Común de Investigación de la UE que demostraba que la energía nuclear no supone un daño para el medioambiente, considerándola desde entonces necesaria para la transición hacia una generación sin emisiones de dióxido de carbono, principal causante del efecto invernadero”.

En esa misma línea recuerdan que la ONU ya señaló hace tres años que los objetivos globales para frenar el calentamiento global no podrán alcanzarse si se excluye a la nuclear.

Tras destacar que el 50% de la energía eléctrica baja en emisiones de CO₂ de la Unión Europea que se produce hoy tiene origen nuclear, en España aporta “de manera continuada” más del 20% de la electricidad consumida. Motivo por el cual “es técnicamente imposible que los objetivos de descarbonización recogidos por el PNIEC se cumplan si se cierran cuatro centrales nucleares antes de finalizar el 2030”.

Aunque como la propia Ursula Von der Leyen comprobó en la batalla por el hidroducto paneuropeo H2Med, la consideración de la nuclear como energía limpia es, fundamentalmente, una cuestión política. La misma que llevó al Gobierno de Pedro Sánchez a aceptar las exigencias de Francia (la gran potencia nuclear europea) para conseguir que el hidroducto pasara por su territorio para convertirse en el primer eje troncal europeo de hidrógeno verde. A instancias de el Elíseo, el H2Med conectará Portugal, España, Francia y Alemania y, además del hidrógeno producidle exclusivamente con energías renovables (verde), transportará también hidrógeno rosa, el producido con energía nuclear.

Para la Sociedad Nuclear Española, las centrales “funcionan de manera segura, fiable y eficiente, con resultados excelentes” y “están diseñadas, mantenidas y operadas de manera robusta y segura siguiendo los más exigentes estándares internacionales y la supervisión de un organismo independiente como es el Consejo de Seguridad Nuclear”.

La industria nuclear española aporta más de mil millones de euros al año en impuestos y genera más de 20.000 empleos cualificados. Según datos del Foro Nuclear, esta fuente de energía es la única tecnología que lleva doce años consecutivos produciendo más del 20% de la electricidad en España. Y la que más horas equivalentes a plena potencia ha estado operativa (el 87,06% del total de las horas del año).

Cuatro grandes eléctricas controlan y operan las cinco centrales nucleares españolas:

Iberdrola Generación Nuclear, es dueña de la central de Cofrentes y accionista de las de Trillo, Almaraz I y II, Ascó II y Vandellós II

Endesa Generación (filial de la italiana ENI) es copropietaria de Almaraz I y II, Ascó I y II y de Vandellós II y Trillo

Naturgy es accionista de Almaraz I y II y de Trillo

EDP HC Energía (controlada por la portuguesa EDP) participa en la central de Trillo.

Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica, la central de Santa Maria de Garoña (Burgos) está en proceso de cierre definitivo y la central José Cabrera (Guadalajara) en desmantelamiento. Vandellós I (Tarragona) se encuentra en periodo de latencia, previo a su desmantelamiento.

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