Como es lógico, la energética que preside Francisco Reynés se mantiene al margen de los cambios en su accionariado y solo está a la espera de que BlackRock decida cómo será su presencia en el consejo en sustitución del puesto que ocupa GIP, la gestora de fondos que acaba de adquirir y que ostenta un 20% del capital de la empresa española.
La operación, conocida desde hace meses, estaba pendiente del visto bueno del Gobierno español que ayer dio luz verde al considerar que mantiene las garantías sobre empresas estratégicas, como es el caso de Naturgy. "Siempre hemos mantenido que nuestra regulación guarda un equilibrio que permite realizar este tipo de operaciones, atrayendo con ello inversiones y salvaguardando los intereses estratégicos de nuestro país", señalaron fuentes del Ministerio de Economía a Europa Press.
Entre esas garantías, BlackRock, el gigante inversor que dirige Larry Fink, ha aceptado asegurar la sede y la actividad de Naturgy en España, garantizar una gestión financiera prudente, su apoyo a las inversiones fundamentales para la transición energética y mantener la negociación en Bolsa y las obligaciones de transparencia asociadas.
Mientras tanto, el trabajo en los despachos de la energética y de su principal accionista (Criteria, con el 26,708%) avanzan a distinto ritmo. Por un lado, la compañía presidida por Reynés mantiene el desarrollo de su nuevo Plan Estratégico que hará público a finales de año, tal como anunció su presidente en la presentación de resultados del primer semestre del año.
Se busca socio industrial
Está por ver si la nueva estrategia vuelve a incluir o no el ‘Proyecto Géminis’, según el cual, Naturgy se escindiría en dos empresas especializadas por tipo de negocio: regulado de gas y electricidad, o liberalizado. La primera (con el nombre provisional de Naturgy Networks) desarrollaría la venta de gas y electricidad bajo el paraguas de la estabilidad en los ingresos; mientras la segunda (llamada inicialmente Naturgy MarketsCo) se encargaría de desarrollar la comercialización de energía y la generación renovable, con lo que concentraría los mercados de mayor desarrollo y crecimiento.
La oposición de la actual super Comisaria europea de Transición Limpia, Justa y Competitiva, Teresa Ribera a la escisión en dos empresas de la actual Naturgy dejó el proyecto en el tintero. De ahí que el talante de su relevo al frente del Ministerio de Transición Ecológica español definirá el nuevo futuro operativo de la energética.
En esa misma línea de prudencia, el principal accionista de la compañía, Criteria, mantiene el perfil bajo que aconseja la situación aunque sigue a la búsqueda de “dar estabilidad al accionariado” de Naturgy, tal como prevé su propio plan estratégico. El holding inversor de la Fundación La Caixa, que dirige Ángel Simón (consejero delegado) mantiene su objetivo de buscar un socio industrial para la energética.
Tras la ruptura de negociaciones con la energética de Abu Dhabi, Taqa -a mediados del pasado mes de junio- Criteria sigue a la búsqueda de un aliado que conozca el sector y que asegure el crecimiento futuro de la compañía española.
Como demostró con su acuerdo con Taqa, Criteria está dispuesta a ampliar su participación y control sobre Naturgy, sobre la que planeaba lanzar una oferta pública de adquisición (OPA), junto a la compañía de los Emiratos Árabes que, incluso, recibió el ‘nihil obstat’ del Gobierno de Pedro Sánchez.
Tras ello subyace la necesidad de asegurar a futuro la estabilidad del capital de la energética que preside Francisco Reynés. Los otros dos grandes accionistas de Naturgy, o quieren salir de la empresa, como el fondo estadounidense CVC Capital Partners (controla el 20,715%) o mantienen una posición ambigua que no tranquila nada al accionista de referencia (Criteria) como es el caso de la australiana IFM Investors que posee otro 20% de la compañía a través de su fondo IFM Global Infrastructure.