Y para lograrlo, todo pasaría por tener una base financiera consolidada y que sea capaz de atraer al territorio vasco inversión, capital y talento “sin descuidar el arraigo y crecimiento de la industria vasca”. A juicio del nuevo lehendakari, “Euskadi cuenta con cuentas públicas saneadas lo que, si se deja de lado el tamaño del territorio, ya le coloca en mejor posición que España para lanzar un fondo país”.
La figura del fondo soberano
La idea de crear este fondo soberano partiría de dar forma a un músculo económico bajo la tutela del Gobierno vasco para hacer frente a grandes inversores extranjeros. Sin embargo, y siendo generosos, Euskadi podría (con cálculos optimistas) reunir entre 1.000 y 3.000 millones de euros bajo control público para sujetar el control de grandes empresas.
Parece una gran cifra, pero no es nada si se compara con un modelo en el que ponen sus miras desde Euskadi: Noruega. Allí, el fondo controlado por el estado, el más grande de Europa compitiendo en volumen con los de Japón y China, maneja casi un billón y medio de euros.
¿De dónde sale esta figura del fondo soberano? Esto se ha ido extendiendo entre las grandes potencias mundiales con el objetivo en mente de sacar rentabilidad principalmente de dos tipos de activos: las pensiones y los recursos energéticos. Un ejemplo de fondos soberanos extranjeros poniendo sus ojos compañías estratégicas fue el caso de Arabia Saudí y Telefónica.
Y en Euskadi quieren, con sus propias características, seguir esa senda. “Euskadi ofrece ahora mismo una fiabilidad gracias a su marco fiscal, su política industrial y su apuesta por la I+D+I, por la colaboración público-privada”, recuerda Pradales, al tiempo que insiste en que esta estabilidad y fiabilidad permitirán también atraer profesionales, inversión, turismo… “Iñigo Urkullu ha sido capaz de generar estabilidad, ha sido un hombre prudente que no ha experimentado, que nunca ha puesto en riesgo lo importante, y esos elementos hay que mantenerlos”, elogia de su predecesor.
En cierta manera, la idea de un fondo controlado por el Gobierno vasco para invertir en grandes empresas ya existe. Lo más parecido sería Finkatuz, con un alcance muy limitado (unos 300 millones de euros) y al que, además, no se le está sacando todo el partido ya que apenas hay invertidos 100 millones en ITP Aero, CAF y Kaiku. A otro nivel, más enfocadas en el desarrollo de compañías con potencial de perfil tecnológico e innovador, la administración vasca tiene inversiones agrupadas en su sociedad de capital riesgo (SGEIC) en otro centenar de proyectos.