OPINIÓN

Mario Draghi pone las cosas en su sitio: invertir en lo que crea valor y no en dogmas

Reindustrializar otra vez Europa para com­petir mejor con China y Estados Unidos

Mario Draghi con Ursula von der Leyen.
Mario Draghi con Ursula von der Leyen.

Vivimos en una so­ciedad in­mersa en la cul­tura de lo po­lí­ti­ca­mente co­rrecto, que inex­pli­ca­ble­mente, lleva años per­mi­tiendo a sus lí­de­res, sean po­lí­ticos o no, la ca­pa­cidad de señalar las prio­ri­dades de go­ber­nanza de cada mo­mento. Sin im­portar de­ma­siado o nada, si se trata de ob­je­tivos que puedan me­jorar de verdad la vida de los ciu­da­danos o cual­quier otra cosa que no sirva para eso y solo con­tri­buya a con­fundir aún más.

De esta forma, como dice con cierto tono de broma el conocido escritor Juan Manuel de Prada, en un vídeo que circula por las redes sociales, poco a poco hemos ido dejando que se instale en los puentes de mando del Gobierno una clase dirigente que se permite el lujo de señalar prioridades sobre las que actuar. Todas ellas del estilo del cambio climático o el escenario palestino y la guerra de Ucrania.

Sociedad adormilada

Sin embargo, nos hemos ido convirtiendo poco a poco en una sociedad adormilada que parece haber entendido y aceptado también el mensaje previo de esos mismos políticos mentirosos que dicen que no pueden hacer nada para acabar con problemas tan básicos para los ciudadanos como la subida de precio de los alimentos o de la energía o la excesiva presión fiscal, entre otras muchas cosas. Asuntos, desde luego, cuya solución les corresponde mucho más a ellos que los que nos señalan y que está realmente muy lejos de sus competencias efectivas.

Dicho de otra forma, sería algo así como un tipo de políticos que han descubierto los milagros que puede hacer la comunicación si tienes muchos medios disponibles para hacerla, y que como los tienen, pues han elegido tener a la sociedad adormilada señalándola siempre lo accesorio antes de lo importante y luego lo ideológico antes de lo estratégico y fundamental.

Desde luego en España, con un Gobierno colgado de la brocha, sin mayoría parlamentaria y con socios que no dejan de chantajear, esa forma de funcionar se ha convertido en el ‘leitmotiv’ de su gestión diaria, junto con la de seguir acusando a todo el que se mueve de ser la ultraderecha.

Sembrar una semilla

Pero por fin parece que alguien acaba de sembrar en Europa una semilla contra esto que estamos criticando, que quizás pueda germinar en un futuro no muy lejano. Ojalá que sea así.

Se trata de un político con mucha experiencia que parece estar intentando poner un poco de sensatez en la Unión Europea y acaba de decir verdades como templos, que deberían haber sonrojado a todos esos miles y miles de políticos y funcionarios de todos los países europeos, incluida España por supuesto, que no tienen nada que hacer, y empeñan la mayor parte de su tiempo en complicarnos y amargarnos la vida a todos.

Hablamos de Mario Draghi, presidente del Consejo de Ministros italiano entre 2021 y 2022, y que anteriormente ocupó de 2011 a 2019 la presidencia del Banco Central Europeo (BCE), pero que también ha sido director ejecutivo del Banco Mundial y sobre todo, vicepresidente para Europa de Goldman Sachs, uno de los mayores bancos de inversión del mundo.

En pocas palabras, Draghi ha dicho que Europa necesita frenar la sangría industrial que lleva produciéndose desde hace mucho tiempo en el Viejo Continente y dejar atrás la pérdida de competitividad provocada por ello dentro de la escena mundial, para lo que necesita mucha más industria, lo que obligará a invertir grandes cantidades de dinero cada año.

También, que hay que seleccionar bien los sectores para lo que hay que acelerar la innovación, abaratar la energía sin renunciar a la descarbonización y reducir dependencias estratégicas, incluido el refuerzo de la defensa, aunque haya muchas cosas en sus argumentos que no son consideradas políticamente correctas. Menos mal.

Contra lo políticamente correcto

Sin duda, el informe pone los puntos sobre las íes en las cosas que de verdad importan, lo que a la larga da de comer, no es un catálogo de buenas intenciones cargado de ideología de lo políticamente correcto a los que estamos acostumbrados. Aunque haya que leerlo dos veces antes de hacerlo nuestro.

Mario Draghi también advierte de que la UE afronta el “reto existencial” de aumentar su productividad y su crecimiento económico o, de lo contrario, tener que dar marcha atrás en algunas de sus ambiciones y objetivos, desde la lucha contra el cambio climático hasta la financiación de su modelo social.

Esta nueva estrategia industrial para impulsar el crecimiento y mejorar la productividad de la Unión Europea ante la agresiva competencia de China y Estados Unidos, estaría basada en cuatro pilares fundamentales.

  • Primero. La implementación completa del mercado único europeo. Según datos del informe de Draghi, la falta de integración total del mercado único está costando a Europa casi el 10% de su PIB potencial.

  • Segundo. Políticas industriales, de competencia y también comerciales alineadas, con evaluaciones rigurosas y monitorización continua.

  • Tercero. Financiación de las grandes necesidades de inversión. Sugiere una fórmula de emisión de deuda conjunta similar a la fórmula del Plan de Recuperación de salida de la pandemia. Draghi cree que Europa necesita aumentar su tasa de inversión en relación con el PIB y llegar casi al 5% anual y propone una inversión de 800.000 millones de euros, de los cuales 450.000 millones irían destinados al ámbito energético y 150.000 al ámbito tecnológico.

  • Y finalmente, el cuarto. Plantea una reforma de la gobernanza de la UE para que esta esté más cohesionada y sea más efectiva que ahora.

¿Otro Plan Marshall?

Resulta tan inapelable el informe, que no ha dejado de recibir apoyos desde su reciente publicación. De hecho, muchos lo han definido como una especie de un “nuevo plan Marshall para Europa”, cada vez más necesario en estos momentos en que los que parece que el Viejo Continente está perdiendo el pulso frente a China y EEUU, con algunas de sus antes poderosas locomotoras como Alemania y Francia, bastante gripadas.

El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha dicho públicamente que este plan “nos da mucha esperanza” porque aboga por una nueva política industrial en Europa y una “desregulación” del sector de telecomunicaciones, al que considera “clave” para el crecimiento económico del continente.

El Real Instituto Elcano cree que “plantea una batería de ambiciosas y detalladas medidas de política económica para sacar a la economía europea de su letargo y adaptarla a la nueva realidad tecnológica, energética y geopolítica y que no debería terminar en un cajón”.

Esperamos que este plan pueda ser el principio de algo revolucionario dentro de la UE, aunque es muy difícil, ya que a nadie le gusta hacerse el harakiri. Que sea al menos el comienzo de una nueva corriente de opinión que pueda ir erosionando poco a poco todos esos dogmas que nos imponen quienes quieren mantenernos adormilados y metidos en polémicas absurdas solo para entretenernos.

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