Desde entonces su capitalización bursátil no ha dejado de aumentar hasta superar los 3.600 millones de euros en una proyección alcista casi perfecta que lo convierten en uno de los pocos valores de la bolsa española que puede presumir de cotizar en máximos. Todo ello gracias a una sólida estrategia enfocada en la diversificación y la ampliación de su oferta de servicios mediante adquisiciones.
No en vano, la compañía cerró el mes de junio su tercer trimestre fiscal con un beneficio de 237 millones de euros, un 22% superior al contabilizado un año antes apoyado en un incremento de las ventas de un 5% y con el viento a favor para seguir creciendo con las perspectivas de moderación de la inflación y el consecuente recorte de tipos.
Eso le ha permitido seguir reforzando su rentabilidad. El grupo acaba de abonar a sus accionistas 74 millones de euros mediante un dividendo de 0,56 euros brutos por acción a cuenta de sus resultados de este ejercicio, lo cual supone un incremento del 14% frente al dividendo a cuenta abonado el año anterior.
La proyección de sus cuentas, marcadas por su posición de liderazgo en los sectores de tabaco y farmacia, la convierten en una de las grandes favoritas de los analistas con unos fundamentales excelentes. Su Per apenas supera las 11 veces con una gran capacidad de generación de caja, reforzada por los ingresos recurrentes de su préstamo a su matriz Imperial Brands, y un apalancamiento más que razonable.
Con todo, algunos analistas empiezan a considerar complicado su capacidad para seguir manteniendo el ritmo alcista de los últimos cuatro años, aunque en principio no hay señales evidentes de un posible agotamiento que frene al valor.