Con la compañía luchando aún para solventar sus problemas judiciales por el glisofato, problema heredado de la incorporación de Montsanto, muchos expertos del sector echan en falta también la producción de productos innovadores conforme va perdiendo los derechos de sus principales patentes y los genéricos le van comiendo terreno.
Su otro gran problema es su elevado apalancamiento. Eso le ha llevado a rebajar considerablemente el dividiendo para enfocarse en el recorte de la deuda. Algo que no gusta al mercado. A pesar de todo, los analistas creen que el laboratorio alemán empieza a ver la luz del túnel.
La amplia diversificación de productos tanto para la salud como para la agricultura estaría entre sus principales fuertes. La empresa fabrica productos que incluyen aspirina, antibióticos, antiinfecciosos, fármacos cardiovasculares, oncológicos, para el sistema nervioso central, medicamentos de venta libre, productos de diagnóstico y para la salud animal, así como productos fitosanitarios, plásticos y poliuretanos.
De hecho, los expertos técnicos creen que el valor estaría en puertas de romper al alza su actual tendencia lateral, dejando de ser un dolor de cabeza para sus accionistas. El valor ha encontrado un firme soporte en la cota de los 24,6 euros por acción, empezando a ofrecer claras señales de compra. Su primer objetivo estaría sobre los 32,1 euros por acción que de recuperar abriría uno gap alcista hacia los 40 euros por acción que devolvería la cotización a niveles de 2023, aunque todavía con mucho margen para seguir mejorando.