El cre­ci­miento y la in­fla­ción serán claves en la po­lí­tica mo­ne­taria a se­guir

El recorte de tipos del BCE tendrá ya un impacto mínimo en la renta variable

Los ana­listas no se ponen de acuerdo en cuántas bajas habrá en lo que resta de 2024

Christine Lagarde, pta. BCE.
Christine Lagarde, pta. BCE.

Este jue­ves, los miem­bros del Banco Central Europeo se reúnen en Fráncfort para ana­lizar su ac­tual po­lí­tica mo­ne­ta­ria. El co­mité con­tará por pri­mera vez con la pre­sencia de José Luis Escrivá tras su re­ciente y po­lé­mico nom­bra­miento como go­ber­nador del Banco de España. En prin­ci­pio, todo apunta a un po­sible re­corte de tipos de in­terés de un cuarto de punto. No habrá que es­perar mi­la­gros en sus efectos sobre las bolsas de renta va­ria­ble. La me­dida ya ha sido des­con­tada con an­te­la­ción.

Así lo creen al menos el 85% de los economistas consultados por Morningstar, que se justificaría por dos razones fundamentales: la mejoría de los datos económicos, en especial del IPC, y la propensión del resto de grandes bancos centrales de recortar tipos.

A esta corriente se suma Dave Chappel, Senior Fund Manager, Fixed Income de Columbia Threadneedle Investments, Aunque la señal predominante del BCE ha sido de cautela, en un intento de reducir las expectativas del mercado a recortes consecutivos de los tipos en septiembre y octubre, actual senda de normalización prevé un ritmo de recortes de tipos de interés cada dos reuniones.

Entramos en un ciclo bajista de tipos de interés

En cualquier caso, todo dependerá de “la magnitud del primer recorte de tipos de la Reserva Federal estadounidense el 18 de septiembre, que influirá en el debate del BCE en octubre independientemente del mensaje que acompañe al segundo recorte de tipos esta semana” destaca Chappel.

Para Cristina Gavín, jefa de Renta Fija y gestora de fondos de Ibercaja Gestión, cualquier movimiento diferente a un recorte de 25 puntos básicos, para dejar sus tipos de referencia en el 4%, sería una sorpresa para el mercado. “La clave radica no tanto en este movimiento, sino en la senda que podemos esperar de cara a la parte final de año. El consenso de mercado parece inclinarse por una o máximo dos bajadas adicionales tras la de septiembre”, señala Gavín.

Los principales factores claves para ello serán las cifras de crecimiento e inflación en los próximos trimestres. En la reunión de esta semana, la autoridad monetaria europea publicará sus nuevas predicciones. Habrá que ver en qué medida la mayor fortaleza de la divisa y los menores precios en energía pueden condicionar las previsiones de precios.

Los indicadores económicos invitan al optimismo

En materia de crecimiento, la debilidad cíclica que sigue mostrando la economía alemana, con evidentes y preocupantes síntomas de estancamiento, también supondrá un factor determinante en el ánimo de Christine Lagarde a la hora de fijar la política monetaria. La mayor flexibilización del crédito ayudará a impulsar la recuperación del principal motor de la economía europea, pero puede comprometer la lucha contra los precios.

Los últimos datos de inflación han sido positivos, acercándose ya a los objetivos fijados. Una de las grandes ventajas de Europa frente a Estados Unidos, aunque los analistas, en general, siguen advirtiendo de grandes incertidumbres en torno a la tendencia de inflación pendiente tanto de la evolución del coste de la energía como por la retirada de las medidas implantadas en los últimos meses para contener los precios.

En este escenario, la analista de Ibercaja, se decanta de momento por una sola bajada adicional tras la de septiembre, “creemos que el BCE optará por la prudencia, las declaraciones de los miembros más hawkish a las que hemos asistido las últimas semanas parecen ir en ese sentido, y deberíamos ver una tendencia más clara de los precios a la baja para que la Autoridad Monetaria acelere el proceso de bajadas de tipos”.

En lo que sí parecen coincidir todos los analistas es en que el recorte de tasas impulsará facilitará el acceso al crédito, así lo viene recogiendo ya el euríbor, e impulsará los resultados empresariales en los próximos meses, con el consiguiente impacto favorable para los mercados de renta variable.

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