Las redes eléctricas y el desarrollo de “todas” las fuentes de energía (incluida la nuclear) para cumplir los objetivos de descarbonización, son de las claves de ese programa de acción que ha propuesto el considerado ‘salvador’ del euro.
Para el sector energético es clave la posición adoptada por el informe que se espera sirva de guía para la nueva presidencia de Von der Leyen. Es decir, una política de apoyo claro a las energías renovables y la nuclear así como al sistema marginalista de precios en el sector eléctrico para asegurar la eficiencia.
Aunque el expresidente del BCE también da un ‘toque’ a los gobiernos para que aumenten el ritmo de autorizaciones a nuevas instalaciones y la inversión en redes. Algo que el sector español (especialmente el de renovables) reclama desde hace casi dos años ante el ‘atasco’ en la tramitación de las autorizaciones del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que encabeza Teresa Ribera.
Para Draghi, es sustancial “acelerar la descarbonización de manera rentable, utilizando todas las soluciones disponibles bajo un enfoque de neutralidad tecnológica. Este enfoque debe incluir a las renovables, la nuclear, el hidrógeno, la bioenergía, además de la captura, utilización y almacenamiento del carbón, y debería estar apoyado por una movilización masiva de inversión tanto pública como privada”, añade.
Sistema marginalista, con menos impuestos
Draghi y sus expertos consideran la descarbonización el eje central sobre el que giran el resto de sus propuestas. Por ello, dice, la Unión Europea debe “desvincular la remuneración de la energía renovable y nuclear de la generación basada en combustibles fósiles” a través de contratos de compra de electricidad y contratos bidireccionales por diferencias (PPA) para inversiones. Y que, al mismo tiempo, dichos instrumentos se extiendan progresivamente a todos los activos renovables y nucleares de una manera armonizada.
Contar con una energía barata es esencial para que Europa consiga situar la competitividad e sus industrias a la altura de las estadounidenses y chinas, por ejemplo. Por ello, el informe presentado ayer en Bruselas por Von der Leyen y Draghi señala que: “Un componente fundamental para reducir los costes energéticos de los consumidores finales -añade el informe- consiste en reducir la imposición energética, que puede lograrse por medio de un nivel máximo común de recargos en la UE (incluyendo impuestos, tasas y tarifas de acceso a la red). Una reforma legislativa en esta área está sujeta a unanimidad, pero puede explorarse la cooperación reforzada entre un grupo de Estados miembros o la redacción de directrices sobre imposición energética”.
Tras la buena acogida que Europa hizo de la llamada ‘excepción ibérica’ como modelo de fijación de precios en una crisis como la del gas ruso, el informe de Mario Draghi apoya sin fisuras el sistema marginalista de precios (el precio final de la electricidad lo determina el coste de la última tecnología necesaria para cubrir la demanda) “para asegurar un equilibrio eficiente en el sistema energético”.
Con el objetivo de descarbonización que Bruselas ya fijó como salida de la cieis energética desencadenada por la invasión rusa de Ucrania, el informe considera clave “acelerar la descarbonización de manera rentable, utilizando todas las soluciones disponibles bajo un enfoque de neutralidad tecnológica”. Por si hubiera alguna duda, los responsables del análisis de la competitividad europea añaden que “este enfoque debe incluir a las renovables, la nuclear, el hidrógeno, la bioenergía, además de la captura, utilización y almacenamiento del carbón, y debería estar apoyado por una movilización masiva de inversión tanto pública como privada.”
Ventanilla única para renovables
Pero, conscientes de la enorme burocracia que mueve un proyecto de renovables, el documento entregado a la Comisión Europea advierte que “el incremento de la inversión para el desarrollo de energías limpias no dará los resultados deseados sin aumentar el ritmo de autorizaciones relativas a nuevas instalaciones”. Por ello, “recomienda extender las medidas de aceleración y normativa de emergencia a las redes de calefacción, generadores de calor, además de infraestructura de hidrógeno y de captura y almacenamiento de carbón.”
El documento propone, incluso, la creación de un “coordinador permanente europeo” que se encargue de “la asistencia en la obtención de los permisos necesarios” y sería el “responsable de monitorizar el progreso en los procesos para la obtención de permisos, así como de facilitar la cooperación regional para asegurar el apoyo político a infraestructuras transfronterizas relevantes para todos los Estados miembros”.
Una de las soluciones propuestas “sería consolidar a las zonas de aceleración renovable y las evaluaciones medioambientales estratégicas como estándar para la expansión de las renovables, reemplazando las evaluaciones individuales para cada proyecto.” Es decir, crear una ‘ventanilla única europea’, para agilizar la tramitación de los proyectos de instalaciones verdes que permita agilizar este cambio energético en la Unión Europea.
El exprimer ministro italiano ha señalado también que la UE necesitará un aumento "masivo" de las inversiones para digitalizar y descarbonizar la economía y aumentar su capacidad de defensa, lo que supondrá un esfuerzo de unos 5 puntos porcentuales del PIB al año, hasta alcanzar niveles de los años 60 y 70 del siglo pasado; lo que se estima en unos 800.000 millones de euros anuales.
Redes paneuropeas
En esa línea, el informe subraya que “un elemento central para acelerar la descarbonización será desbloquear el potencial de las energías limpias a través de un enfoque colectivo en la UE sobre las redes eléctricas”. En su opinión, “conseguir un cambio significativo en el desarrollo de redes exige un nuevo enfoque de planificación a nivel europeo y nacional. Desde una perspectiva europea, incrementar rápidamente la instalación de interconectores debe ser prioritario.”
La reclamación del informe Draghi supone un toque de atención a normativas como la española que tienen limitada la inversión en redes eléctricas pese a las necesidades evidentes de ampliación de la red que el sector cifra en 4.300 millones.
Por todo ello, el informe Draghi recomienda:
Establecer un marco legal especial a nivel supranacional para los interconectores catalogados como proyectos importantes de interés común europeo (IPCEIs). Reforzar el instrumento de la UE dedicado a financiar interconectores (Mecanismo Conectar Europa) en el siguiente Marco Financiero Plurianual. Crear un coordinador permanente europeo a cargo de la asistencia en la obtención de los permisos necesarios.