El grupo está consiguiendo así sacar un alto rendimiento a la mejora de la actividad turística con una estrategia enfocada en la digitalización, la expansión internacional y la renovación y reposicionamiento de sus activos, con una fuerte orientación por los productos “premium” y de lujo.
Eso se ha traducido en una mejora del ingreso medio por habitación (RevPAR) del 13,2%, un factor clave para la industria hotelera, gracias al incremento de las tarifas y de la ocupación. De este modo, los ingresos del grupo han aumentado en un 5,5%, superando los 960 millones de euros.
Un muy buen semestre en términos operativos que marcan el camino para el cumplimiento de los objetivos previstos para el conjunto del año con grandes perspectivas para su negocio internacional.
Quizás, su principal hándicap venga de la mano de su endeudamiento. Pese a reducirla en 230,6 millones de euros mediante la rotación de activos y la positiva generación de caja, la deuda neta se sitúa en 2.382,5 millones frente a los 1.500 millones de euros de capitalización de mercado. El objetivo del grupo es acabar el año con una ratio de apalancamiento por debajo de las 2,5 veces.
De hecho, la acción ha reaccionado con intensas caídas a las cuentas del grupo acentuando el deterioro mostrado desde los máximos anuales de principios de junio. Un movimiento bajista que preocupa a los expertos técnicos. En caso que no aguanta sobre su soporte actual en torno a los 6,6 euros por acción su caída podría agudizarse hasta poner en peligro la rentabilidad del 14% acumulada desde principios de año.