En este nivel, el valor encuentra una fina línea roja entre una recaída hacia los 25,2 euros por acción o un próximo rebote esta vez para superar ya definitivamente sus máximos. En principio, el mercado parece que se decanta por este segundo escenario, pues la compañía sigue presentando unos fundamentales muy atractivos.
Un dividendo cercano al 3% y un PER por debajo de las diez veces y con amplía capacidad de generación de caja permiten ser más que optimistas con el valor. Sus resultados siguen reflejando su capacidad de crecimiento incluso en momentos adversos marcados por los problemas del sector automoción.
El fabricante de componentes de automoción contabilizó un beneficio de 184 millones de euros al cierre del primer semestre, un 3,1% más, apoyado en un incremento de las ventas del 2,5% y un apalancamiento de apenas 1,4 veces. Cifras que demuestran el éxito de su modelo de negocio basado en la diversificación geográfica, de clientes y de productos.
Su posición de liderazgo como proveedor de referencia permitirá al grupo, destacan los analistas, seguir aprovechando las nuevas oportunidades que vuelve a ofrecer el sector automovilístico en pleno proceso de recuperación. Eso explica las buenas recomendaciones con un precio objetivo medio sobre los 33,5 euros por acción, lo cual representa un potencial alcista del orden del 30% desde su actual precio de mercado.