La geopolítica -con el suministro ruso oficialmente restringido; el conflicto en el Banco Central libio (propietario de las mayores reservas de África) que llevaron a paralizar la producción; los problemas técnicos en la colombina Ecopetrol o la incertidumbre del cambio que supone el nombramiento del nuevo responsable de Petróleos Mexicanos (Pemex), han llevado el precio del barril de petróleo de calidad Brent (la referencia en el mercado europeo) a cotizar a 80 dólares, el precio más alto desde desde mediados de mes. Y las perspectivas no son mejores para los consumidores habida cuenta de la evolución de los futuros sobre el crudo.
Ante este panorama, los inversores parecen recuperar el interés por el sector que marcaba una subida del 0,27% en la Bolsa española. El Ibex 35 Energía abría la semana en 1.435,8 puntos, aunque lejos aún del máximo anual (1.470,8) que marcó a principios de junio.
El gas también se dispara
Para las petroleras españolas cotizadas (los precios del gas marchan en paralelo a los del crudo), este aparente cambio de tendencia debe permitir enjugar las importantes pérdidas de capitalización acumuladas en lo que va de año. Al cierre de ayer, Enagás acumula en el año una pérdida de valor de 404,7 millones de euros (el 10,1% menos).
Naturgy, penalizada, además, por los ‘bailes’ accionariales y la incertidumbre ante la nueva estrategia anunciada, se ha depreciado en 3.684,5 millones (el 14,07%).
Mientras Repsol, de momento la más afectada, ha visto bajar su capitalización bursátil en 2.269,2 millones, el 13,2% menos desde principios de año.
Unas cotizaciones, objetivamente bajas, que se han puesto en tono de recuperación ante las perspectivas de que, a mayor precio del petróleo, mayores subidas en los carburantes y, con ellas, mayores márgenes para las compañías.
En un agosto proclive a los vaivenes de las cotizaciones, las petroleras españolas cotizadas cerraban ayer en positivo aunque, bien es cierto, aún con discretas subidas como el 0,37% que subió Enagás (cerró a 13,72 euros por acción), el 0,32% de Repsol (fijó un precio de 12,665 euros) o el 0,09% de Naturgy (cotizó a 23,2 euros por titulo).
En esa misma línea, los índices internacionales como el S&P 500 marcaban una subida del 1,39% en el sector energético (gana el 9,1% desde enero); mientras el Stoxx 600 mantiene una revalorización del 0,88% la cartera de petroleras cotizadas que acumulan una pérdida de valor del 0,5% en el año. Un cambio de tendencia respecto a la semana anterior en la que perdían el 1% y el 1,1% respectivamente.
Malas perspectivas para el consumidor
Sea como fuere, el barril de Brent marcaba ayer los 80,44 dólares por barril (72,07 euros); los que supone una subida del 2,93% respecto al precio del viernes y del 6% respecto al 16 de agosto pasado cuando la curva de precios marcaba un claro cambio de tendencia. El crudo West Texas Intermediate (WTI, la referencia para Estados Unidos), subía, por su parte, a 77,55 dólares (69,48 euros) que supone un repunte del 3,63%.
Los inversores consideran que este repunte en el precio del petróleo puede ser el anticipo de nuevas subidas. De hecho, los futuros llevan al alza varias sesiones con subidas de cotización próximas al 3% tal como cerraron la semana pasada. No son los únicos, ya que la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), considera que aunque el acuerdo del 18 de julio “hizo bajar el precio durante unos días, este ha vuelto a la senda alcista ante la expectativa de la recuperación de la demanda”.
La subida del crudo se ha visto animada por las tensiones en Oriente Medio y el anticipo del recorte de tipos anunciado por el presidente de la Reserva Federal estadounidense (FED), Jerome Powell. Además, el incumplimiento del acuerdo de los países productores de la OPEP+ en las últimas semanas para aumentar la producción y adaptarla a la demanda.