Todo ello a la espera de una opa de exclusión que la cadena tailandesa, que controla ya el 96% del capital, no tiene intención de hacer, al menos en el corto plazo, tras presentar una primera oferta cuyo precio no fue aceptado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
El aparente objetivo de la matriz es seguir comprando en el mercado a un precio topado hasta ir reduciendo el porcentaje de los minoritarios a la mínima expresión. Cuantas menos acciones en circulación, más baratas. Para ello mantiene un férreo control sobre la cotización, al tiempo que estaría buscando desalentar a los pequeños inversores haciendo oídos sordos a las reclamaciones para que recupere el dividendo.
La firma obtuvo beneficios récord el pasado ejercicio y espera batirlos de largo este año. Sin embargo, asegurar no tener sobre la mesa la cuestión del dividendo al asegurar que el beneficio se destinará a reforzar las reservas legales y a compensar las pérdidas de ejercicios anteriores.
En cualquier caso, la salida del valor del mercado español es cuestión de tiempo y se producirá cuando su precio cuadre con los intereses de Minor, lo que deja con las manos atadas a los minoristas.