[Como adelantó capitalmadrid.com], Iberdrola inició el proceso ante la Securities and Exchange Commission (SEC) hace apenas diez días. Tras su análisis, la autoridad bursátil estadounidense ha dado su visto bueno al proceso; lo que ha permitido a la eléctrica estadounidense convocar junta de accionistas para el próximo 26 de septiembre. En ella, los minoritarios de Avangrid deberán aprobar el proyecto de fusión con Iberdrola y una sociedad instrumental que ha creado al efecto, Arizona Merger Sub.
Con la aprobación de los accionistas, Iberdrola lanzará una oferta pública de adquisición (OPA) sobre el 18,5% de Avangrid (controla actualmente el 81,6%) a un precio de 35,75 dólares estadounidenses por acción (32,7 euros al cambio actual) que pagará en metálico.
La fusión no está condicionada a ninguna contingencia de financiación. El precio representa una prima del 11,4 % sobre el precio de cierre el 6 de marzo de 2024; es decir, el último día de negociación no afectado antes del anuncio de Avangrid de recepción de la oferta no solicitada de Parent, y una prima del 15,2% sobre la cotización media ponderada durante los 30 días anteriores al anuncio de la propuesta de fusión de Iberdrola.
Según la información facilitada por Avangrid a la SEC y a sus propios accionistas, “la fusión no está condicionada a ninguna contingencia de financiación” y, por si hubiera alguna duda, subrayan que Iberdrola “tiene suficiente efectivo a mano para pagar la cantidad agregada anterior de la contraprestación de la fusión”.
Cláusulas suspensivas
Aunque en la operación, ‘todo queda en casa’, la documentación aprobada por la SEC incluye varias cláusulas suspensivas a las que pueden acogerse tanto Iberdrola como la propia Avangrid. Los llamados “derechos de rescisión” incluidos contemplan que cualquiera de las partes puede dar por concluido el proyecto si la junta de Avangrid no se celebra antes (algo que quedará subsanado en poco más de un mes dada la convocatoria realizada para la reunión que se celebrará en Boston (Massachusetts).
La primera condición es que los accionistas de Avangrid aprueben la fusión; algo que se da por hecho dada la participación mayoritaria de Iberdrola. Aunque, dado que el objetivo principal de Iberdrola en esta operación es hacerse con la totalidad de las acciones de su filial estadounidense, ‘mimar’ a los minoritarios (con dividendos trimestrales garantizados hasta el cierre de la operación) coloca a la junta en algo más que un trámite.
Otra de las causas que pueden finiquitar la fusión es que esta no se cierre antes del 30 de junio del año próximo (prorrogable hasta el 30 de septiembre) o que las autoridades pongan pegas a la misma (como ocurrió con PNM); extremo este que se da or descartado al menos en esta ocasión.
Aunque en la del control total de Avangrid, la OPA solo será el primer paso. El segundo será excluirla de la Bolsa (cotiza en Nueva York) para, después, fusionarla con lArizona Merger Sub Inc, una instrumental crema al efecto por Iberdrola, domiciliada en la ciudad de los rascacielos.
Con ello, la eléctrica que preside Ignacio Galán subsanará los problemas que presenta el hecho de que en en Estados Unidos no existe la figura del ‘squeeze out’ (venta obligatoria de los accionistas minoritarios). Es decir, con la fusión que, además, aumentará el patrimonio de Avangrid, los minoritarios que decidan o acudir a la OPA, quedarán diluidos y la eléctrica española será con el 100% de las acciones de Avangrid.
Tal como explica en la prolija documentación presentada ante la SEC, el objetivo de Iberdrola es “incrementar la exposición al negocio de redes en Estados Unidos en un momento clave para Iberdrola, que quiere crecer en mercados con alta calificación crediticia y en negocios regulados como el de redes”. Para ello, la eléctrica que dirige como consejo delegado Pedro Azagra, necesita tener las manos libres en términos de financiación, especialmente a la hora de invertir sin minoritarios.
Con ello, Galán y su equipo pondrán olvidarse de los sinsabores que le dejó PNM Resources y poner en marcha su segundo plan de expansión en un mercado donde, según sus datos oficiales, la eléctrica vasca se posiciona “como una de las tres mayores compañías de energías renovables en Estados Unidos”, con presencia en 25 estados y una planta de más de 9.000 MW de capacidad renovable instalada.
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