En este primer semestre del año, de hecho, la compañía ha culminado el cierre de las operaciones en Brasil y Portugal y la venta de Clarel. Actividades que o bien no eran estratégicas o bien estaban siendo una losa para el crecimiento del grupo.
Estas operaciones de venta y simplificación del portfolio han permitido a DIA reducir su deuda en 92 millones de euros frente al mismo período del año anterior, para situarla en 327 millones, lo que supone unos niveles muy razonables de apalancamiento en 1,1 veces el Ebitda.
Con ello, pese al incremento de las pérdidas en un 39% entre enero y junio, hasta 93,5 millones, la firma ha logrado alcanzar en una posición financiera más sólida y confortable para afrontar una nueva etapa de crecimiento. De hecho, sin contar el impacto negativo de 107 millones de euros por el cierre de Brasil, el resultado hubiera sido positivo.
En lo que va de año, la acción presenta todavía una rentabilidad en Bolsa cercana al 10%, a pesar de los ajustes tras la presentación de sus cuentas, que no acaban de convencer, pero ya estaría cerca de encontrar suelo, según los expertos técnicos. Al respecto, apuntan a que puede ser un buen momento para ir retomando posiciones para aprovechar el posible repunte hacia los 0,0136 euros a poco que acompañe el mercado en las próximas semanas.