Con todo -y tendiendo en cuenta que el precio del crudo se ha estabilizado en torno a los 85 dólares por barril-, la compañía recurre a la costoa estrategia de ir ganando tiempo para reforzar el área de renovables en su proyecto por acelerar el proceso de descarbonización. Dentro de esta estrategia se incluye la rotación de activos para aprovechar las oportunidades que surjan en el mercado.
El grupo energético vendió la semana pasada Prejeance Industrial, empresa francesa especializada en proyectos de cubiertas fotovoltaicas, por 140 millones de euros. Un dinero que destinará a nuevos desarrollos renovables, entre otras cosas.
Todo ello permite al grupo seguir reforzando sus cuentas y mejorar la retribución al accionista que este año crecerá sustancialmente. Este lunes, de hecho, Repsol abonará un dividendo complementario con cargo a los beneficios de 2023 de 0,5 euros brutos por acción, un 42% superior al del año pasado. La rentabilidad por dividendo en el año se situará así por encima del 6,6%.
Eso explica en buena medida las buenas recomendaciones de los analistas. La última por parte de Alphavalue/Baader Europe que ha elevado su estimación de precio objetivo hasta los 17,7 euros por acción, con recomendación de acumular. Una valoración cercana a la del consenso del mercado.
Entre las valoraciones más cautelosas publicadas recientemente se encuentra la de Berenberg que ve al valor en 16 euros por acción, lo que apenas le confiere recorrido desde su actual precio de mercado sobre los 14,5 euros por acción.