Hay medio cen­tenar de co­ti­zadas que valen menos de 500 mi­llones de euros

La banca corporativa atrae a los fondos de inversión a una bolsa española muy barata

Las opas sobre Talgo, Lar, Ercros o Arima pueden pro­vocar un efecto do­minó

La banca de in­ver­sión se frota las manos en el mer­cado es­pañol. Más allá de la gran oferta pú­blica de venta (OPV) de Puig con una ca­pi­ta­li­za­ción bur­sátil de casi 15.000 mi­llones de eu­ros, el nú­mero de sa­lidas a bolsa (Tendam o Europastry han re­tra­sado sus co­lo­ca­cio­nes) sigue de­jando mucho que desear. Pero en el lado de las opas hay una ac­ti­vidad ex­tra­or­di­naria que va a dis­parar los in­gresos de los bancos que di­rigen estas ope­ra­cio­nes. Y los reyes del in­vest­ment ban­king es­pañol quieren más.

La nómina de compañías inmersas en operaciones de cambio de control es histórica: las socimis Lar España y Arima suman ofertas que valoran las compañías en 678 y 245 millones de euros respectivamente; la polémica OPA de Magyar Vagón tasa a Talgo en 620 millones; la familia Grifols y Brookfield planean una oferta de 5.500 millones de euros por el fabricante de hemoderivados y la italiana Boldati ofrece 329 millones por Ercros el capital riesgo, mientras que el capital riesgo ha jugado muy fuerte por Applus.

A otra escala, hay una ‘autoopa’ de eDreams sobre el 3,57% de su capital valorada en algo más de 30 millones de euros, mientras que en marzo Helena Revoredo se hizo con el 13,2% de Prosegur por 132 millones de euros. Y en la punta del iceberg está la OPA por la que BBVA pretende adquirir Sabadell a través de un canje de acciones. Por lo tanto, la bolsa española está viviendo un momento histórico que la banca de inversión quiere que vaya a más.

Entre la nómina de valores opados hay un buen número de compañías medianas y pequeñas, que se han convertido en el objeto del deseo de compradores bien armados de liquidez que han encontrado un auténtico chollo en el mercado continuo. En este momento, hay alrededor de 50 compañías españolas con un valor de mercado de 500 millones de euros, y muchas de ellas están en situación de ser atacadas.

Una vez abierta la veda, los bancos de inversión se han puesto manos a la obra para buscar activamente ‘novios’ a los grandes grupos financieros (capital riesgo) e industriales que ven como España es un mercado muy barato en relación con Europa. El Per -veces en que el beneficio por acción está contenido en el precio por acción- de las empresas del mercado continuo se sitúa alrededor de las 10 veces.

Muy por debajo de las 13 veces del grueso de los grandes índices europeos, donde las compañías están menos infravaloradas. “El interés por las empresas españolas no deja de crecer. Los potenciales compradores han visto que las opas son relativamente fáciles de sacar adelante a precios (por ejemplo, Lar cotiza un 20% por debajo de su valor contable) más que razonables. Hay empresas buenas que deberían estar ojo a vizor”, señalan en fuentes bursátiles.

Mucho más teniendo en cuenta que la propia banca de inversión está siendo muy proactiva a la hora de presentar propuestas a sus clientes. Por lo tanto, tras un semestre histórico de operaciones, no se debe descartar que la fiesta continúe (a un ritmo más bajo, lógicamente) en lo que queda de año. Hay mucho dinero mirando al mercado español y demasiadas compañías cotizando con descuentos que son un gran reclamo.

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