Con una pre­vi­sión de in­fla­ción más con­tro­lada, las Letras son atrac­tivas

El Tesoro afronta con viento de cola su última subasta de junio de bonos y obligaciones

La re­baja de tipos en Europa no afecta a la de­manda, que sigue dis­pa­rada

Letras del Tesoro, HelpMyCash.
Letras del Tesoro, HelpMyCash.

La úl­tima subasta de tí­tulos del Estado del mes de junio ya está aquí. Este jue­ves, el Tesoro subas­tará bonos a cinco años y obli­ga­ciones a 10 años, entre otros tí­tulos pú­bli­cos. Todo hace in­dicar que la puja se sal­dará con otro gran éxito de de­manda. La re­baja de 25 puntos bá­sicos del precio del di­nero en la zona euro no ha mi­ti­gado en ab­so­luto el in­terés de los in­ver­sores par­ti­cu­lares e ins­ti­tu­cio­na­les.

Para el Estado, el momento es perfecto. Puede hacerse un auténtico traje a medida en lo que a la combinación de adjudicaciones y tipos de interés se refiere. La última subasta de Letras es un buen ejemplo. En la primera puja tras el recorte aplicado por el Banco Central Europeo (BCE), el Tesoro recibió una demanda conjunta de 5.000 millones de euros en los plazos de tres y nueve meses.

En el primero de ellos, apenas adjudicó 500 millones, y lo hizo al tipo más bajo del último año, el 3,40%. Por lo tanto, se está financiando a tipos mucho más ajustados. En el caso de los Letras a 9 meses, adjudicó 1.500 millones al 3,5%. Se produjo una ligera subida de la rentabilidad respecto a la subasta anterior, pero el tipo de interés sigue lejos de los máximos del año pasado del 3,8%.

Por lo tanto, el Tesoro va con el viento de cara en pleno giro de la política monetaria en la zona euro: tipos de interés de Letras y bonos contenidos y una altísima demanda que le allanan el camino para conseguir sus objetivos. La estrategia de financiación de la institución para este año pasa por captar alrededor de 55.000 millones de euros, alrededor de 10.000 millones menos que el ejercicio pasado.

Todo parece indicar que no habrá cambios a corto plazo. “Los inversores particulares se quedaron con cerca del 50% del volumen colocado en el plazo de tres meses. A pesar de la caída de la rentabilidad, en la práctica las Letras no han perdido atractivo. La razón es que ahora se tiene la impresión de que la inflación es más controlada y que a medio plazo lo estará mucho más”, señalan en una firma internacional.

Es decir, que, aunque las rentabilidades sean ahora menores, los inversores perciben que hay menos riesgo de que la inflación de la zona euro se lleve por delante las rentabilidades de estos productos. Todo ello a pesar de que, en clave nacional, el IPC repuntó en mayo hasta el 3,6% por el efecto de la electricidad y los carburantes y, en menor medida, por el impacto de la subida del precio de los alimentos.

Además, los compradores de Letras volverán a pujar fuerte en julio para intentar capturar rentabilidades como las actuales entre el 3,40% y el 3,50% en un momento de mucha indefinición respecto al futuro de los tipos de interés. El BCE ha anunciado una política monetaria restrictiva hasta que la inflación esté totalmente bajo control. Por lo tanto, es casi imposible prever lo que pasará a seis meses vista.

Pero es evidente que el recorrido del precio del dinero será a la baja, al margen del ritmo al que se produzca ese movimiento. “Atar ahora estas rentabilidades del Tesoro español es una buena estrategia, antes de que los tipos bajen. Esto último sería una buena señal para quienes compren ahora, porque significaría que la inflación evoluciona positivamente”, señalan fuentes financieras.

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