Tras el varapalo de la Corte Internacional de Arbitraje de Miami (Florida) que sentenció en contra del consorcio y le condenó a pagar 272 millones de dólares (más de 250 millones de euros al cambio actual) a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), Sacyr decidió recurrir a instancias diferentes como es el CIT.
Al término de la junta de accionistas de 2024., celebrada este jueves en Madrid, su presidente ejecutivo ha destacado que Sacyr se persona “solo” en este arbitraje; es decir, fuera del consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), la unión temporal de empresas (UTE) que desarrolló las obras de ampliación del Canal. Aunque lo hace “con una vertiente diferente”.
Hoy la sensación en la constructora y gestora de infraestructuras española es de mayor optimismo habida cuenta de que la Corte Internacional de Comercio analizó de inicio “si la ACP y Panamá son lo mismo y si procedía a que haya este nuevo arbitraje. Decidieron que sí y, en esto nos han dado la razón”, asegura Manuel Manrique.
En caso de fallo en contra de los intereses de Sacyr la repercusión “será cero; por lo que la causa solo puede ir a mejor”, añadía el presidente de la empresa.
Aunque sin querer entrar en detalles, el equipo de Manuel Manrique maneja una amplia horquilla de entre 1.000 y 2.000 millones de dólares (de 972 a más de 1.850 millones de euros) la cifra que reclamará al Estado panameño por los daños causados durante la gestión de la obra como, por ejemplo, los constantes retrasos en el otorgamiento de las pertinentes licencias que mantuvieron el proyecto parado durante meses con el consiguiente coste de tesorería para las compañías participantes.
Mientras la compañía española intenta cerrar uno de sus mayores hitos constructivos y de sus peores pesadillas jurídicas, Sacyr ha consolidado su estrategia de centrarse en el mechado e las concesiones que, según su presidente, la ha permitido situarse como “el tercer mayor desarrollador de infraestructuras de transporte PPP a nivel mundial, según la revista especializada Public Works Financing”, dijo.
De hecho el 93% de los 1.523 millones de Ebitda (beneficio bruto de explotación) procede de las concesiones, que le han aportado 220 millones de euros en dividendos.
Voreantis, un año para aflorar el valor
El desarrollo de este negocio, ‘re-afinado’ en la ultima actualización de estrategia, llevará a la compañía a centrarse en proyectos concesionales PPP (colaboración público-privada) preferiblemente del tipo ‘greenfield’ (desde cero, incluye diseño, ejecución, puesta e servicio y explotación).
Esta nueva estrategia se plasmará en la construcción de una nueva empresa, Voreantis, a la que Sacyr volcará buena parte de sus concesiones en explotación y en la que incorporará un “inversor estable y de largo plazo”, según especificó Manuel Manrique. El proceso puede estar cerrado entre finales de este año y principios de 2025 por la dificultad y la casuística de cada una de las concesiones. Algo que dificulta a la empresa definir actualmente el perímetro que tendrá la compañía en su nacimiento aunque el propio Manrique sitúa el valor de los activos en 2027 en el entorno de los 5.100 millones de euros.
Según sus previsiones, el valor de los activos de Sacyr que, actualmente, está en los 3.600 millones de euros, llegará a a 5.100 millones en 2027 y a, entre 9.000 y 10.000 millones en 2033.
El presidente de Sacyr señaló a su accionistas que el objetivo perseguido con la creación de Voreantis es “acelerar nuestro crecimiento, obtener más recursos para multiplicar nuestras capacidades de abordar nuevos proyectos, aspirar a activos de mayor tamaño, y poder co-invertir en proyectos ‘brownfield' (desarrollo de instalaciones existentes), ‘yellowfield’ (reparación o restauración importante de la infraestructura) y ocasionalmente ‘greenfield’ (creación desde cero de la infraestructura), daremos entrada, con una participación minoritaria, a un socio estable de largo plazo”.
Considerada como “un acelerador de crecimiento” por la compañía, Sacyr espera triplicar el valor de sus activos para 2033 y “abrir la puerta a otras vías de crecimiento paralelas”.
Respaldo del mercado
Como refuerzo financiero (tras la fuerte reducción de su deuda con recurso a apenas 269 millones, lo que supone una ratio sobre Ebitda de 0,8 veces), el grupo ha cerrado en mayo una ampliación de capital que le permita “estar preparados para esta dinámica de fuerte crecimiento”.
La ampliación, por un importe superior a los 222 millones de euros, se realizó a un precio final de 3,33 euros por cada nuevo título (un euro de nominal y 2,33 euros de prima de emisión).
Vista la evolución en Bolsa de la compañía el mercado mantiene su respaldo a la estrategia diseñada por la empresa que no ha perdido el precio de ampliación desde entonces (27 de mayo pasado). Al cierre del miércoles, Sacyr cotizaba a 3,482 euros por título después d subir el 1,99% en la sesión.