Europa se en­frenta al reto de re­ducir la des­ven­taja en el cre­ci­miento frente a EEUU

La Fed no parece tener intención de mover posiciones hasta el otoño

Telefónica y las re­no­va­bles entre las fa­vo­ritas para apro­ve­char el giro mo­ne­tario del BCE

Telefónica, beneficiada.
Telefónica, beneficiada.

Las com­pa­ra­ciones son odio­sas, pero en la ma­yoría de las oca­siones son im­por­tantes para co­nocer la si­tua­ción y el punto de par­tida. Una vez su­pe­radas las elec­ciones eu­ro­peas y con las es­ta­dou­ni­denses en el ho­ri­zonte, los ana­listas re­cuerdan que a Europa se le pre­senta el reto de re­ducir la di­fe­rencia de cre­ci­miento eco­nó­mico res­pecto a Estados Unidos con una des­ven­taja del orden del 30%.

Una distancia justificada por una política fiscal y presupuestaria más coherente y una mejor gestión de la inversión. A ello se suma una cierta falta de consistencia del sistema financiero europeo, la carencia de un balance positivo en energía o la necesidad de abordar temas de competitividad en las industrias y empresas en el Viejo Continente.

Esta ventaja norteamericana da espacio a la Reserva Federal para seguir firme en su actual política monetaria. La inflación ha confirmado su estabilización en la zona del 3,5%, todavía muy lejos de los objetivos fijados, aunque sin remontar. Esta evidencia, sumada a unos datos de actividad económica aún sólidos, pero que ya no se aceleran, ha enfriado las expectativas de un recorte de tipos de interés, hasta al menos el otoño, destacan en la firma de inversión Eurizon.

Se confirmaría de este modo la moderación del discurso de la Fed en los últimos meses. Para Cristina Gavín, jefa de Renta Fija y gestora de fondos de Ibercaja, más allá del mantenimiento del tipo de intervención, “lo más interesante, al igual que ha ocurrido con el BCE, va a ser el discurso posterior de Powell, donde hará una valoración de la economía del país y lo que se puede esperar para la segunda parte del año”.

La Reserva Federal se decanta por esperar y ver

Lo más probable es que destaque la necesidad de ser pacientes y esperar a datos más convincentes que permitan iniciar el proceso de bajada de tipos. A lo largo de las últimas semanas, se han escuchado voces descartando posibles bajadas en este ejercicio, pero de momento ambas firmas se decantan porque a lo largo de este año si se asistirá al cambio de sesgo en la política monetaria de la FED con un primer recorte tras el verano.

A partir de ahí, y siempre que la evolución de los precios muestre una trayectoria descendente, se podría apostar, señala Gavín, por una nueva bajada en el tipo de intervención para finales de año, una vez superada la incertidumbre electoral en Estados Unidos.

En Europa, en las próximas semanas la atención se centrará también en la conformación del Parlamento Europeo tras el claro avance de las formaciones conservadores que deja al Partidos Popular Europeo en disposición de confirma el liderazgo de una nueva coalición mayoritaria.

En cualquier caso, los analistas creen que el impacto macroeconómico y de mercado se confirmará modesto, al igual que el resto de los acontecimientos geopolíticos que sacuden al mundo, mientras China tampoco parece ser una fuente de preocupaciones en la fase actual con una senda de crecimiento por encima del 5% sin presiones inflacionistas.

La economía española, por su parte, sigue destacando en el contexto de estancamiento de Europa apoyada en ciertas fortalezas temporales que ejercen de viento de cola. Entre ellas, apuntan los economistas de Mapfre, se encuentra el aprovechamiento de los fondos europeos Next Generation EU, la salud del sistema financiero o el mix sectorial español, especialmente ligado a una previsible revolución energética que podría estar vinculada al sector industrial.

Salvo la banca, casi todos los sectores españoles salen beneficiados

De este modo, España está consiguiendo sortear la intensa desaceleración que sí sufren otros países de su entorno, con una previsión de crecimiento al alza, cercana al 2%, y una inflación controlada en torno al 3%. Además, la posición financiera del sector empresarial es en general sólida, con unos márgenes que, si bien han bajado por el aumento de los costes, se ven menos afectados que en otros países europeos.

Por ahora, no se ha producido un gran aumento del riesgo de impago ni de la morosidad, aunque la refinanciación de las empresas será un aspecto clave para 2025. Una solidez que se verá reforzada también por las positivas proyecciones de los países emergentes, en especial en Latinoamérica donde las empresas españolas cuentan con un elevado posicionamiento.

El recorte de tipos en Europa se presenta como una ecuación favorable para las empresas españolas. Salvo la banca, que verá mermados sus márgenes, el resto de los sectores, en especial los más endeudados, se verán beneficiados en sus valoraciones. Entre ellos destacarán las energías renovables y las concesionarias por su tipología de negocio más ligada al apalancamiento, pero también mejorará las perspectivas de las tecnológicas o servicios de comunicación con crecimientos considerables, cuya valoración se basa en buena medida en los flujos de caja futuro. En este sentido, empresas como Telefónica o Acciona Energía volverían estar en el foco de los inversores.

Los tipos más bajos implican, además, una mayor flexibilidad del crédito y una mayor capacidad de inversión, teniendo en cuenta que el ahorro se ve penalizado; por eso, los analistas también ponen el foco en empresas como Merlin Propertis o Cellnex.

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