En un informe titulado ‘Claves de éxito de la transición energética: Hitos regulatorios inaplazables para 2024’, el think tank conservador plantea que la gran reforma energética promovida por Bruselas requiere “acompasar el crecimiento renovable con el crecimiento de la demanda”, que actualmente está desfasada.
De forma, añade que la nuevsa estrategia "debe traducirse en el refuerzo (vía inversiones) de sistemas de almacenamiento y de electrificación de la demanda. La fundación asegura que “la acumulación de generación fotovoltaica en determinadas horas del día puede resultar en la completa desaparición del hueco térmico en esas horas, dando lugar a un sistema inestable y a precios cero o negativos”.
Críticas a las renovabkles
Según sus análisis, “el exceso de generación renovable puede generar –de hecho, ya lo hace– congestión en nudos de la red, obligando a los operadores del sistema a provocar vertidos, es decir, a no admitir parte de la generación intermitente o no gestionable”.
Para Faes, es preciso establecer “mercados de capacidad eficientes y bien remunerados” como demuestra la existencia de los denominados ‘vertidos’ (la diferencia entre el producible renovable máximo y la producción renovable real) en el sistema; es decir, la falta de aprovechamiento de la totalidad de le energía verde. Y considera que la razón fundamental de la existencia de vertidos es la “falta de avance por el lado de la demanda".
El hecho de que en España se registren ya precios del kilovatio (KWh) renovable a cero euros en el mercado mayorista preocupa a los analistas de la derecha que aseguran que “carece de sentido realizar más subastas de renovables, porque empeoran la situación y ponen en riesgo la viabilidad económica de los proyectos ya existentes”.
Adaptación de la demanda
Amparado en la necesidad de asegurar la estabilidad del sistema de generación eléctrica, el informe aboga "porque la producción de electricidad de origen eólica y fotovoltaica vaya acompañada del “desarrollo del almacenamiento y de la electrificación de la demanda, al objeto de equilibrar el balance de producción renovable con el consumo y evitar la canibalización de precios”.
En lugar de celebrar las subastas para marcar el precio de la electricidad, Faes propone aumentar la electrificación y atraer nueva industria. Y, en paralelo, “fomentar la contratación de PPA [contratos de suministro a largo plazo entre energéticas y consumidores], y avanzar en el almacenamiento de electricidad, acompasado con la demanda” aunque, al mismo tiempo, reclama el establecimiento de “un mecanismo de capacidad que garantice su viabilidad económica”. Los PPA, dice, son “particularmente importantes para que la industria pueda electrificarse accediendo a precios energéticos estables a largo plazo”.
Redes y fiscalidad
Las redes, tan de transporte como de distribución, se han convertido, para este think tank, en un auténtico "cuello de botella” tanto para aumentar la electrificación de la demanda como para evitar que se conviertan en un freno a la descarbonización de la economía. Y asegura que: “Si no se realizan las inversiones necesarias y se atiende a la industria, España perderá la ventaja competitiva y las inversiones se irán a otros países”.
En un contexto de mucha mayor penetración de renovables, las necesidades adicionales de estabilidad se podrían alcanzar en parte con la combinación de energía eólica más baterías y otros tipos de almacenamiento, singularmente, el bombeo hidráulico, además de mantener las tecnologías de respaldo durante la transición (ciclos y nuclear). Sin embargo, el coste y el poco apoyo político y regulatorio por parte del Gobierno hace que la viabilidad económica de estas soluciones se vea comprometida hoy en día. Como consecuencia de ello, habría que considerar la posibilidad de replantear alguno de los objetivos de generación re-novable, al menos temporalmente.
Los analistas de la Fundación Faes creen que·”carece de sentido” plantear el impuesto especial a las eléctricas como una tasa permanente y aseguran que España es el único país que ha aplicado el gravamen sobre los ingresos y no sobre los beneficios de las energéticas, y es “de los pocos que lo ha aplicado sobre la electricidad”.
De ahí que clamen una reforma integral de la fiscalidad energética “que reordene y racionalice la maraña de impuestos y tasas sobre la energía, que reequilibre entre las distintas energías para evitar distorsiones de precios, y orientado hacia la transición energética”. Y advierte sobre el riesgo de que el impuesto a los beneficios caídas del cielo convierta “la gran ventaja ibérica” en una desventaja, a base de tributos excesivos que perjudiquen la competitividad y las rentabilidades razonables (y necesarias) de las energías limpias en España”.
Al mismo tiempo, Faes cree necesario dar una “solución definitiva” a la generación nuclear y reclama “extender la vida útil de las nucleares”, mientras asegura que la fiscalidad que soportan las centrales nucleares “obliga a las empresas a operarlas en pérdidas”. Según Faes, la carga fiscal española actual es 12 €/MWh mayor que la francesa.
Nuevo mercado, nuevo supervisor
En esa línea, la creación de la ‘nueva’ Comisión Nacional de la Energía, que se escindiría de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) puede producirse este mismo año dado que el Gobierno, inició el pasado mes de febrero la tramitación del anteproyecto de ley necesario para su establecimiento.
Faes asegura que “la CNE debería ser un ente verdaderamente independiente y ajeno a los vaivenes de la política y los cambios de Gobierno”. Para advertir de que “un intervencionismo excesivo por parte del Gobierno, a través del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, supondría un importante paso atrás y la alejaría del que debería ser su fin último”.
Reforma eléctrica
Pese al acuerdo político alcanzado durante la presidencia española del Consejo Europeo, Faes vuelve a criticar las líneas generales de la reforma del mercado energético de la Unión en la que la posición de la -hasta ahora -ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera tuvo especial protagonismo. Para Faes, la propuesta española “era totalmente intervencionista y ponía en riesgo el funcionamiento de los mecanismos de mercado”.
Dicho esto, el think tank conservador recuerda que la reforma energética pactada por los 27 reconoce la necesidad de contar con inversiones anticipadas en redes eléctricas para satisfacer las necesidades de la demanda y de conexión de renovables.
Aunque califica de “éxito” la reforma del mercado eléctrico europeo, Faes entra a valorar también las medidas sociales implantadas por el Gobierno de Pedro Sánchez en materia energética. De ahí que reclame “analizar y evaluar otras alternativas para ayudar a estos consumidores que no supongan una distorsión de los precios afectando a la eficiencia en el consumo. En este sentido, sería conveniente analizar el impacto de incluir la protección a los consumidores vulnerables en el marco de las reducciones o deducciones del IRPF".