Eso supone para la compañía española pagar una prima del 11,4% sobre el precio de cierre de Avangrid el 6 de marzo pasado (justo antes del anuncio de compra) y del 15,2% sobre el precio ponderado de los 30 días anteriores.
En total, la eléctrica con sede en Bilbao, desembolsará 2.348 millones de euros; el 4,38% más de lo previsto en marzo cuando envió al consejo de Avangrid la carta en la que anunciaba su intención de lanzar la oferta. Una partida incluida en el plan de inversiones anunciado por la compañía presidida por Galán valorado en 41.000 millones hasta 2026.
El objetivo estratégico se mantiene: “incrementar la exposición al negocio de redes en Estados Unidos en un momento clave para Iberdrola, que quiere crecer en mercados con alta calificación crediticia y en negocios regulados como el de redes”.
Con todo, la toma del control total de Avangrid es solo el primer paso. Una vez cerrada la OPA, Iberdrola la excluirá de cotización en la Bolsa de Nueva York para, a continuación, fusionarla con otra de las filiales estadounidenses de la eléctrica española, Arizona Merger Sub Inc, una empresa instrumental 100% de Iberdrola que, pese al nombre, está domiciliada en la ciudad de los rascacielos. De está forma, la instrumental de Iberdrola controlará el 100% de Avangrid.
Tal como explican fuentes conocedoras de la operación, dado que en Estados Unidos no existe la figura del ‘squeeze out’ (venta obligatoria de los accionistas minoritarios) la fusión permitirá, además de aumentar el patrimonio de Avangrid, asegurarle a Iberdrola el 100% de sus acciones.
Un año de plazo más
Según la información facilitada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores española (CNMV) y a la Stock Exchange Comission estadounidense (SEC), en una nota publica el pasado 17 de mayo de 2024, la operación conjunta de OPA y fusión por absorción cuenta con el acuerdo unánime de los consejos de administración de las compañías involucradas.
Según los términos de los acuerdos, las fusiones se supeditan a los preceptivos permisos administrativos de los Estados de Nueva York y Maine o, más concretamente, de la Comisión Federal Reguladora de Energía, la Comisión de Servicios Públicos de Maine y la Comisión de Servicios Públicos de Nueva York.
Otra condición suspensiva se fija en el hecho de que ninguna normativa, administración o juzgado restrinjan o prohiban la fusión. Dada la complejidad de las tramitaciones Iberdrola se ha puesto de plazo hasta el 30 de junio del año próximo para cerrar las fusiones, que podrá ser prorrogable tres meses más.
La prórroga podrá ser ejecutada tanto por Iberdrola como por Avangrid solo en el caso de que se hayan cumplido todas las condiciones salvo las relacionados con la aprobación de la Comisión Federal Reguladora de Energía y ciertas comisiones estatales de servicios públicos.
Entre tanto, los accionistas de Avangrid seguirán cobrando el dividendo trimestral en efectivo de hasta 0,44 dólares por título (0,41euros) hasta el cierre de la fusión.
Con sede en el estado de Connecticut, al norte de Nueva York, Avangrid es la principal cabecera de Iberdrola en Estados Unidos, posicionada hoy en 25 estados con más de 9.600 Megavatios (MW) de capacidad de generación instalada, de los que más de 8.800 MW corresponden a fuentes renovables.
En redes, Iberdrola cuenta con ocho filiales que le permiten controlar más de 170.000 kilómetros de líneas eléctricas en Nueva York, Connecticut, Maine y Massachusetts, con las que presta servicio a una población de 7 millones de personas.
Avangrid es la tercera empresa de energía renovable más grande de EE. UU. con una cartera diversa de energía renovable terrestre y marina que gestiona a través de su filial Avangrid Renewables.
Por su partem Arizona Merger Sub Inc es una corporación norteamericana instrumental 100% propiedad de Iberdrola, que será utilizada por la eléctrica con sede en Bilbao para ejecutar la operación bajo las leyes norteamericanas. De esa forma será la propia Iberdrola la que controlará al 100% su filial Avangrid.