Uno de los factores que tanto el presidente de la entidad, Jose Oliú, como su consejo delegado, César González-Bueno, subrayaron a los inversores institucionales y analistas con los que pudieron reunirse en el road show por Europa y EEUU que habían puesto en march antes de la OPA hostil del BBVA. Una gira que tuvieron que suspender obligados por el llamado 'deber de pasividad’ al que obliga el artículo 28 de la Ley de OPAs.
Si el anuncio de la remuneración extraordinaria para 2024 y 2025 (cerca de 2.400 millones por dividendos y distribución de exceso de capital) pueden actuar como factor de fidelización al banco vallesano frente a la oferta ‘en papelitos’ del BBVA, la proyección de la actividad de TSB se configura en la principal garantía de crecimiento futuro para la entidad que preside Josep Oliú. Especialmente ante la perspectiva de bajadas de tipos de interés a partir de junio, según el consenso del mercado.
Como referencia, los 170 millones de libras esterlinas (197,8 millones de euros) que TSB ha aportado al Sabadell en los dos últimos ejercicios: 50 millones de libras con cargo a los resultados de 2022 y 120 millones en 2023.
Este aumento en su rentabilidad es, a tenor de los mensajes del Sabadell en los últimos tiempos, solo el principio. De hecho, en la entidad considera que la filial británica tendrá en 2024 un ejercicio de transición que desembocará en una fase de consolidación en el crecimiento de su rentabilidad a partir del próximo año. Lo que explica que el banco vallesano haya hecho oídos sordos a las recurrentes llamadas de analistas e inversores para que se deshaga de su filial.
Dada la estructura de su cartera crediticia y a la normativa bancaria británica, el TSB es una auténtica póliza de seguro de los beneficios futuros del Sabadell. Tras el ajuste de la entidad, el Sabadell tiene asegurados unos flujos estables.
Ahorro escondifdo
El banco británico tiene alrededor de 22.000 millones de euros de cartera de crédito ‘swapeados’ a cinco años que se revaloriza en torno al 20% anual. Según los cálculos del propio TSB, en los próximos cuatro años esta cartera se verá repreciada por un importe de alrededor de 500 millones de euros.
La clave de esta revalorización estriba en que, en el Reino Unido, la subida o bajada de tipos no se refleja en la cuenta de resultados inmediatamente, sino a lo largo de los años, y eso provoca la estabilización de la cuenta de resultados.
Quizá por ello, el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, anticipaba en la reciente presentación de resultados del primer trimestre que TSB se convertirá en el gran generador de beneficios del grupo una vez se consume la bajada de tipos en Europa.
Y, desde luego, es algo que el banco catalán tuvo muy en cuenta a la hora de anunciar el compromiso de distribuir el exceso del 13% de capital (CET1) una vez entre en vigor la nueva normativa del Banco Internacional de Pagos (BIS), conocida como Basilea IV, a partir del próximo mes de enero. El compromiso se traduce en distribuir entre los accionistas del Sabadell cerca de 2.400 millones de euros entre 2024 y 2025, -incluidos los dividendos de cada ejercicio- previo visto bueno del Banco Central Europeo (BCE).
El plan de racionalización puesto en marcha (incluidas fuertes provisiones por parte del Sabadell) y la recuperación del mercado hipotecario británico, su principal actividad, han dado la vuelta a una entidad cuyos orígenes se remontan a 1810.
En 2018, TSB sufrió importantes pérdidas tras los problemas registrados en la migración tecnológica acometida que le costaron al Sabadell 175 millones de euros. No obstante, en 2021 volvió a números negros que, en el primer trimestre de este año, han alcanzado ya los 38 millones de libras (44,21 millones de euros al cambio actual). Eso ha permitido al banco británico elevar a 46 millones de euros contribución a las cuentas del Banco Sabadell.
Negocio al alza en todos los frentes
Después de muchos vaivenes y de varios años a la baja, lo cierto es que el mercado hipotecario británico se ha estabilizado. Es cierto que ha experimentado una importante caída en 2023 -ya iniciada a mediados de 2022- como consecuencia del hundimiento de la libra y la deuda pública británica, a las que se unió la subida de tipos decidida por el Banco de Inglaterra, que tiene ‘congelado’ el precio del dinero en el 5,25%.
Pero el cambio en las perspectivas económicas británicas y el cambio de ritmo en la solicitud de hipotecas hacen pensar a la banca de ese país en que habrá una clara recuperación del mercado en los próximos trimestres.
De hecho, la actividad comercial del antiguo Trustee Savings Bank (TSB dejó su marca en las siglas actuales tras la fusión con Lloyds Bank en 2015) muestra ya claros signos de recuperación desde el arranque del presente ejercicio. Unos signos que se reflejan en un crecimiento del 41% interanual en la concesión de nuevas hipotecas al que se une el aumento de las solicitudes de préstamos con garantía inmobiliaria del 25% entre enero y marzo con respecto al trimestre anterior.
Hoy, TSB cuenta con más de dos millones de clientes digitales activos. Y, tal como ha anunciado, el banco seguirá centrado en su negocio principal, las hipotecas. De hecho, al cierre de 2023 la exposición del banco a estos préstamos representaba el 57% de la cartera de clientes de empresas.
A ese aumento de la actividad y el negocio de la filial británica, el Sabadell (como accionista único) aprovechará también el aumento en la rentabilidad derivado del plan de mejora de eficiencia y su estrategia de mejora de la competitividad. Algo en lo que el banco británico ya presenta importantes credenciales: solo en el ejercicio pasado, la entidad de origen escocés redujo sus gastos explotación más del 48,1% al dejarlos en 280 millones de libras (325,78 millones de euros) frente a los 540 millones del año anterior (628,29 millones de euros).