Presenta este jueves sus re­sul­tados del primer tri­mestre que el mer­cado sitúa en casi 1.200 mi­llones

Repsol lleva a JGA un ‘plan verde’ reforzado en plena batalla judicial con Iberdrola

Imaz ase­gura que “ofreceremos todas las ener­gías que ne­ce­siten nues­tros clien­tes” e in­ver­tirá 6.600 mi­llones a pro­yectos bajos en car­bono

Josu Imaz, CEO Repsol.
Josu Imaz, CEO Repsol.

En plena tri­fulca ju­di­cial con Iberdrola, Repsol lle­vará en mayo, a su junta ge­ne­ral, una re­for­zada re­vi­sión de su Estrategia de Transición Energética, in­cluida en la ac­tua­li­za­ción del Plan Estratégico a 2027. La com­pañía que pre­side Antoni Brufau y di­rige Josu Jon Imaz man­tiene su meta de al­canzar las cero emi­siones netas en 2050, algo no es­pe­cial­mente sen­cillo para una in­dus­tria que tiene como pi­lares bá­sicos el pe­tróleo y el gas.

La información que ofrecerá a sus accionistas de forma consultiva -no decisoria- el próximo 10 de mayo va más allá de los negocios tradicionales. Como señala su consejero delegado, Josu Jon Imaz, "reafirmaremos nuestros objetivos de descarbonización para la transición energética, y ofreceremos todas las energías que necesiten nuestros clientes”.

Conceptualmente, el nuevo ‘plan verde’ de Repsol mantiene la misma estrategia que el anterior aunque amplía sus objetivos. Según Imaz, “la descarbonización es una oportunidad atractiva para crear valor, crecer y ser rentables”. De ahí que la energética prevea destinar más del 35% de la inversión neta (incluidas subvenciones y descontadas desinversiones) prevista entre 2024 y 2027 (19.000 millones de euros) a “iniciativas bajas en carbono”. Es decir, entre 5.500 y 6.000 millones de euros en cuatro años.

En concreto, el foco de esta estrategia se centra en cinco áreas de actuación:

  • La generación eléctrica renovable**

  • La producción y comercialización de biocombustibles, hidrógeno renovable y combustibles sintéticos; en lo que tendrá mucho que decir la nueva planta de biocombustibles de Cartagena (Murcia) que se convertirá en la mayor productora de Europa en combustible ecológico para aviación (SAF).

  • Los productos químicos (polímeros de larga vida)

  • El desarrollo de proyectos de economía circular, CCS (Carbon Capture and Storage por sus siglas en inglés) y geotermia;

  • La comercialización de electricidad renovable, generación distribuida y movilidad eléctrica renovable.

Para disgusto de algunos de sus competidores, como es el caso de Iberdrola, la energética que dirige Josu Jon Imaz, cuenta ya con una cartera de proyectos de generación eléctrica renovable (eólica, solar e hidráulica), con 2,8 GW de capacidad instalada en operación en 2023. A esa capacidad se suman los proyectos actualmente en marcha para llegar a un parque de entre 9 y 10 Gigavatios (GW) en 2027 (45% solar, 50% eólica y 5% hidráulica) y llegar a entre 15 y20 GW en 2030.

Dicho de otro modo, Repsol triplicará con creces su actual capacidad eléctrica renovable en cuatro años. La energética española prevé crecer en este área en España y EE.UU.

Electricidad verde aparte Repso

No pierde de vista que, hoy, es el primer comercializador de combustibles de movilidad de España y Portugal. Un campo donde se ha marcado como objetivo “aumentar la producción de combustibles renovables, hidrógeno y biomateriales, acelerar el desarrollo orgánico de una amplia cartera de proyectos de generación de energía renovable y consolidar nuestra posición como líder multienergético en la península Ibérica, proporcionando a los clientes un conjunto único de productos y servicios”, según reconoce el consejero delegado de la energética en la presentación de la Estrategia de Transición Energética.

Eso explica el aumento en el presupuesto inversor en tres puntos porcentuales respecto al 32% que supuso la inversión en negocios de bajo carbono entre 2021 y 2023. En 2030, Repsol proyecta alcanzar un capital empleado mayor del 40% en negocios de bajo carbono, captarán progresivamente más capital hasta 2050.

En esta década, Repsol seguirá una senda de descarbonización “impulsada por objetivos de negocio específicos” según su nueva planificación estratégica. Hasta 2050, la estrategia estará vinculada a las proyecciones de la compañía (según las referencias de la Agencia Internacional de la Energía, AIE) y las hipótesis de demanda de productos derivadas de los objetivos del Pacto Verde de la Unión Europea.

Malas perspectivas del mercado

Con todo, Repsol prevé presentar mañana los resultados del primer rimestre del presente ejercicio. Una evolución que según el consenso de mercado, mantendrá el ritmo a la baja de los resultados del ejercicio pasado.

Tal como informa la propia empresa a sus accionistas, el consenso de los analistas pasa por una fuerte reducción del beneficio ajustado cercana al 37% para situarse en torno a los 1.191 millones de euros, frente a los 1.891 millones del primer cuarto de 2023.

El área industrial se mantiene como la primera fuente de beneficio de la energética con 708 millones de euros, que suponen una caída interanual del 44,6% según las estimaciones de Alantra, Bank of America, Barclays, Bernstein Société Générale, Bestinver, Exane BNP, HSBC, Intesa San Paolo, JP Morgan, Kepler Cheuvreux, Mediobanca, Mirabaud, Morgan Stanley, Oddo, RBC, Renta 4, Sabadell, Santander y UBS.

El área de clientes aportará 149 millones (174 millones hasta abril del año pasado) mientras que la generación baja en carbono aporta 17 millones (la mitad que en el primer trimestre de 2023) quizá debida a la rotación de activos desarrollada por la empresa en los últimos trimestres.

Al mismo tiempo, las pérdidas que generan la corporación y otros, caen de 70 millones en el primer trimestre del ejercicio anterior a 30 millones; una mejora del 57,14%.

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