El grupo mexicano ha inyectado 90 millones de euros en forma de préstamos y posterior ampliación de capital, con lo que se ha hecho con el 54,663% de la centenaria ingeniería gijonesa sin necesidad de lanzar una OPA.
La operación, que debe resultar en el reflotamiento definitivo de la empresa gracias a las duras medidas de ajuste tomadas en los ejercicios precedentes, ha puesto en manos mexicanas otra compañía señera en su sector. Porque si es cierto que las ocasiones se buscan, lo que parece de fuera duda es que el ‘olfato' mexicano para los negocios tiene en España uno de sus cotos preferidos.
FCC, Realia, Cementos Portland Valderrivas, Metrovacesa u OHLA, en infraestructuras, construcción e inmobiliaria; Bimbo en alimentación; VIPS en hostelería o Avanza Grupo en transporte de viajeros por carretera son solo algunas de las grandes empresas españolas controladas por capital mexicano. Con discreción y una buena dosis de oscurantismo, los grandes capitales mexicanos han aprovechado las pasadas crisis para hacerse con compañías de referencia en cada uno de sus respectivos sectores de actividad.
En el caso de Duro Felguera, la compañía lleva años afectada por una fuerte crisis que la llevó, en 2018, a reorganizar sus actividades para centrarse en el negocio tradicional, reenfocarse hacia proyectos de energías renovables, acometer una reducción de plantilla y poner en marcha un plan de reestructuración financiera que se tradujo, en 2021 a solicitar el rescate del Fondo de Apoyo para la Solvencia de Empresas Estratégicas (gestionado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales -Sepi-) y al Principado de Asturias.
La Sepi aportó 120 millones de euros en total que se suman a los seis millones aportados por la Sociedad Regional de Promoción del Principado de Asturias (SRP). Las ayudas del Gobierno llevaban una condición añadida: La búsqueda de un socio industrial que apoyara la empresa con una inyección de capital de 20 millones. De modo que el cambio en el control (y el reflotar itero) de Duro Felguera cuenta con todas las ‘bendiciones’ oficiales.
Desembarco en la junta
Una vez autorizada la entrada en el capital y el saneamiento básico de la metalúrgica asturiana, los nuevos accionistas mexicanos preparan ya su desembarco oficial en el consejo. Y lo harán como un solo bloque, liderado por el Grupo Prodi que encabeza el mexicano José Miguel Bejos gracias al pacto de sindicación de acciones suscrito entre las dos empresas mexicanas.
El pacto, a cuatro años, da el control de ese 54,6% de Duro Felguera al Grupo Prodi y obliga a éste y a Mota Engil México a no vender sus respectivas participaciones en ese tiempo ni compra más acciones de Duro Felguera sin comunicárselo al otro socio.
Aunque se avecinan cambios en la compañía española ya que, según dicho pacto de sindicación, ambas empresas ejercerán “sus derechos de voto en la correspondiente junta general de accionistas para posibilitar la designación de los miembros del consejo de administración” que les corresponde a cada uno y acordar una propuesta conjunta “para la designación del presidente consejero delegado y secretario no consejero del consejo e administración de Duro Felguera”. José Miguel Bejo, que se ha asegurado el control del sindicato de accionistas, controlará tanto l consejo como sus comisiones delegadas (“composición y funcionamiento”) como la de Auditoría y la de Nombramientos y Retribuciones.
La búsqueda de socios llevada a cabo por la presidenta y el consejero delegado de la ingeniería, Jaime Argüelles, tomó cuerpo en febrero pasado con el anuncio del acuerdo alcanzado con el mexicano Grupo Prodi y el gigante portugués de la construcción Mota Engil que actúa en la operación a través de su filial mexicana de la que Prodi controla el 49%.
La entrada de los nuevos socios se ha realizado a través de dos préstamos de 90 millones de euros, (40 millones de Mota-Engil México y 50 millones de Prodi) que han sido amortizados en parte mediante una ampliación de capital (39,8 millones) y en parte mediante una amortización convencional (tenían un periodo de seis meses).
La operación aprobada por la Sepi y, posteriormente, por el Consejo de Ministros, tenía un escollo legal: al superarse el 30% de los derechos de voto de una compañía, la normativa exige el lanzamiento de una oferta pública de adquisición (OPA).
Sin embargo, tras más de un año de conversaciones con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el equipo de Duro Felguera ha logrado convencer al organismo que preside Rodrigo Buenaventura para acogerse al artículo 8 d) del Real Decreto de opas. Concretamente a las exenciones de OPA que prevé: que ese umbral del 30% (finalmente los nuevos accionistas controlan el 54,66% de Duro Felguera) se alcance “mediante adquisiciones u otras operaciones procedentes de la conversión o capitalización de créditos en acciones de sociedades cotizadas” y que la viabilidad financiera de la empresa esté “en peligro grave e inminente, aunque no esté en concurso”.
Además, el mismo Real Decreto contempla que la OPA no será exigida en aquellas operaciones “concebidas para garantizar la recuperación financiera a largo plazo de la sociedad”. Como la propia CNMV reconoce, Duro Felguera cumple los tres requisitos.