La política catalana entra de nuevo en campaña electoral con cita anticipada para el domingo 12 de mayo, ante la falta de mayoría parlamentaria para aprobar los presupuestos del año en curso que, por vez primera superaban los 44 mil millones de euros.
Habrá prorroga de los actuales y quedarán pendientes inversiones millonarias que debían mejorar educación, sanidad o transportes, o afrontar nuevas inversiones para combatir la sequía o ayudas a la agricultura, entre otros. Y, de rebote, la caída del presupuesto catalán impacta en el nacional, también en prorroga.
El gobierno de Pedro Sánchez no puede correr el riesgo de una derrota presupuestaria que le conduciría al fin de su agitada legislatura.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, hizo ya su primer discurso de tono electoral al anunciar unas elecciones anticipadas originadas por la negativa de los Comunes, que preside Jesica Albiac, a dar luz verde a unos presupuestos que no excluían el macro proyecto de ocio y juego del Hard Rock, en el área adjunta Port Aventura, con intereses financieros vinculados a “laCaixa”.
Tema que ya figuraba en anteriores presupuestos a los que los Comunes si dieron, o esquivaron, su aprobación.
¿Porqué? Sencillamente por temas de equilibrios de poder entre Generalitat y el poderoso Ajuntament de Barcelona, en tiempos de la alcaldesa Ada Colau, también de los Comunes, donde había intercambio de cromos. Pero, ahora, con el socialista Jaume Collboni en la alcaldía la situación ha cambiado. Y más puede cambiar si el también socialista Salvador Illa -que daba apoyo a los presupuestos- que venció fue la lista más votada en las anteriores autonómicas, acaba liderando las urnas en la cita del 12-M.
En realidad, habrá una pugna entre socialistas e independentistas para la presidencia de la Generalitat. Aunque los Comunes podrían ser pieza clave -como lo habrían sido en los fallidos presupuestos- debido al choque frontal entre ERC y Junts. Las demás fuerzas políticas con representación parlamentaria desde la CUP, hasta Vox, pasando por el PP o Ciutadans -que podría fusionarse- seguirán de comparsas.
Cuando ayer se aprobó la Ley de Amnistía en el Congreso se entrelazaron besos y abrazos entre diputados republicanos y de junts. Pero, nadie se lleva a engaño y la confrontación será total en la campaña electoral que ya ha comenzado.
En las filas ERC tienen claro y definido que es un momento oportuno para ir a las urnas con Pere Aragonés al frente. Sobre todo, ante el lógico desgaste de poder gobernado tan solo con 33 diputados en un Parlament de 135 escaños, desde la salida de Junts.
La gran novedad será la vuelta a la arena política de Carles Puigdemont que, amparado por la Ley de Amnistía, anunciará su candidatura la próxima semana, según fuentes próximas al eurodiputado catalán residente en Waterloo.
Deberá participar de manera virtual, porque la Ley de Amnistía no se aplicará antes del 12 de mayo. Sin embargo, Puigdemont podría ya estar de vuelta antes de la formación del nuevo gobierno catalán, previsto para primeros del mes de junio, con la nueva ley ya en marcha desde finales de mayo.
Nadie puede predecir cual será el efecto Puigdemont en las urnas ni cómo se desarrollará una campaña electoral a distancia desde Waterloo o, más probable, desde Perpiñán. En resumen, una primavera afectada por la sequía en Cataluña, a pesar de los fuertes temporales políticos.