Factor que se puede ver mitigado ahora por la mejora de las lluvias y un IVA más ajustado.
Un ejemplo de estas tensiones inflacionistas en las exportaciones lo refleja la relación con China que ha pasado a ser el quinto país cliente en 2022 a ocupar el puesto 12 a finales de 2023, convirtiéndose en el mercado con mayor descenso porcentual de consumo registrado en ese período de aceite de oliva, -74%, frente a la caída del 40% experimentada en Estados Unidos.
Se observa así, señalan los expertos, el fuerte impacto del precio en la demanda, sobre todo en los mercados emergentes y países de menor poder adquisitivo e inferior conocimiento del aceite de oliva, en contraposición a Estados Unidos, con mayor poder adquisitivo y vinculación del producto a un estilo de vida saludable.
No obstante, la progresiva maduración de la economía china, combinada con un cambio en su modelo, y a pesar de un crecimiento potencial de largo plazo más débil, debería abrir oportunidades, particularmente para empresas con productos de mayor valor agregado como Deoleo.
Estas mejores expectativas no han impedido, de momento, que el grupo aceitero haya roto importantes zonas de soporte en las últimas semanas. En lo que va de ejercicio acumula una caída del 10% y eso abre las puertas a nuevos recortes adicionales. La pérdida del nivel clave de los 0,22 euros, suelo de la tendencia lateral mantenida en el último año, ha cambiado el perfil técnico del valor a peor abriendo un canal bajista hacia los 0,16 euros. Un panorama muy delicado si no consigue recuperar pronto la cota de los 0,22 euros.