El fabricante de envases de vidrio se ha visto beneficiado en estos meses atrás por el aumento de los precios del producto final y la caída de los costes energéticos, lo que augura un cierre de ejercicio excepcional tras más que duplicar sus ganancias en el tercer trimestre del pasado año.
Por el contrario, el incierto entorno macroeconómico ha obligado a algunos de sus clientes a reducir inventarios y eso está debilitando la demanda. A pesar del debilitamiento de la demanda, todo apunta que la empresa ha logrado mantener un crecimiento de los ingresos de dos dígitos con un beneficio que se situará en torno al 25% de las ventas.
Cifras que el grupo deberá certificar el próximo 29 de febrero con la presentación de sus cuentas al mercado. Antes, este próximo 15 de febrero, el valor descontará un dividendo bruto de 1,018 euros por acción a cuenta de los resultados de 2023.
En estas condiciones, los analistas aprovechar los recientes ajustes para volver a tomar posiciones en torno a los 90 euros por acción. Confían en la continuidad de la tendencia alcista de Vidrala hacia una zona en torno a los 100 euros, donde ahí sí ya encontraría niveles especialmente exigentes para el valor.