La ratio media de dudosos de las entidades (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) se sitúa en el 2,99%, ligeramente por debajo de la tasa de morosidad elaborada por el Banco de España, situada en el 3,45% en noviembre. Cabe destacar, sin embargo, que los datos recopilados incluyen los negocios internacionales de estos bancos, así como que la situación varía según la entidad.
Si se tienen en cuenta también los créditos en vigilancia especial, las principales entidades españolas cerraron 2023 con una cartera de activos problemáticos de 241.872 millones de euros, un 7,4% más que en 2022.
Por entidades, y contabilizando el negocio internacional, Santander es la entidad con mayor volumen de dudosos, hasta cerca de 36.000 millones, lo que implica un 2,8% más que en 2022, por el incremento de estos préstamos en Reino Unido, Estados Unidos y México, si bien se vieron "algo compensados" por los descensos en España, Portugal y Brasil.
De esta forma, la tasa de mora del Grupo Santander se situó en el 3,14%, seis puntos básicos por encima de la ratio registrada a cierre de 2022.
Por ello, la entidad presidida por Ana Botín aumentó un 19% en tasa interanual las dotaciones por insolvencias en 2023, hasta los 12.458 millones de euros, principalmente por Estados Unidos, Digital Consumer Bank, México y Polonia. Sin embargo, el fondo para insolvencias se mantuvo prácticamente estable en los 23.490 millones de euros, mientras que lasa de cobertura disminuyó ligeramente al 66%.
Por su parte, el saldo dudoso de BBVA se incrementó un 5,8% (un 7,7% más a tipos de cambio constantes), hasta los 15.305 millones de euros, concentrado en las carteras minoristas de América del Sur, México, España, y en menor medida en el resto de negocios, afectado por la entrada de clientes singulares.
De esta forma, la tasa de mora de la entidad se incrementó a 31 de diciembre de 2023 hasta el 3,4%, lo que supone un aumento de siete puntos básicos con respecto al trimestre anterior, si bien la evolución ha sido "estable" en los últimos doce meses, al igual que el fondo por insolvencias, que cerró 2023 en los 11.762 millones de euros. Sin embargo, la tasa de cobertura se redujo durante el año, pasado del 81% a cierre de 2022 al 77% al término del pasado ejercicio.
En el caso de CaixaBank, los saldos dudosos se sitúan en 10.516 millones de euros, lo que supone una reducción de 175 millones de euros en el año en términos absolutos, y del 1,6% en términos relativos, gracias a una "gestión activa" de la morosidad.
Sin embargo, en su informe anual, el banco señala que en el cuarto trimestre se produjo un aumento de 315 millones de euros impactado por la incorporación de determinados criterios adicionales de identificación de dudosos contables, pero descarta que se hayan producido deterioros en la evolución "orgánica" de estas exposiciones.
Así, la ratio de morosos se mantuvo estable en el 2,7% con respecto al cierre de 2022, mientras que los fondos para insolvencias se situaron en 7.665 millones de euros, con una ratio de cobertura del 73%, ligeramente por debajo del 74% que reportaba en diciembre de 2022.
Por lo que respecta a Sabadell, sus cuentas anuales reflejan una reducción de 114 millones de euros en los créditos dudosos, o lo que es lo mismo, un 0,6%, hasta los 5.777 millones de euros.
La ratio de morosidad se situó en el 3,5% a cierre del ejercicio, incrementando así en once puntos básicos en el año, afectado por el "menor volumen de la inversión", pero reduciéndose en dos puntos básicos en el trimestre.
El fondo para insolvencias de la entidad cerró 2023 en los 3.199 millones de euros, un 5,9% por encima del nivel registrado en diciembre de 2022, si bien la cobertura de los préstamos problemáticos se situó en el 55,6%, una cifra superior al 52,3% que se registraba a cierre de 2022.
Al término de 2023, Bankinter contabilizaba 1.812 millones en créditos dudosos, un 4,51% más que en diciembre de 2022, cuando reportaba una cartera de 1.734 millones de euros en préstamos morosos.
De esta forma, la ratio de morosidad se mantuvo estable en el 2,11%, frente al 2,10% que registraba a cierre de 2022. Además, para estos préstamos, la entidad contaba con unas provisiones de 918 millones de euros, un 5,85% más que en 2022.
Por último, en el caso de Unicaja, la cartera de créditos dudosos sumaba 1.568 millones de euros, un 19,1% menos que a cierre de 2022 en términos relativos y unos 370 millones de euros menos en términos absolutos.
Al respecto, el banco explica que el volumen de entradas en dudoso en 2023 fue un 14% inferior al observado el ejercicio anterior, y más de la mitad correspondieron a dudosos sin impagos o con impagos inferiores a 90 días.
"El vencimiento y la finalización de periodos de carencia de los créditos con aval del ICO no han deteriorado la ratio de mora del segmento de empresas y, por otro lado, el recurso de los particulares al Código de Buenas Prácticas Bancarias ha sido muy limitado", agrega.
Así, la tasa de mora se redujo 25 puntos básicos en el trimestre, hasta el 3,14%, y la tasa de cobertura se situó en el 63,7%.