Entre enero y junio, el beneficio del grupo apenas superó los dos millones de euros, prácticamente la mitad que el contabilizado un año antes. Un descenso que fue achacado a las amortizaciones, un 22% más, y al incremento de los gastos financieros.
Pese a las amortizaciones, la deuda experimentó un alza del 4,6% en tasa interanual, hasta rondar los 278 millones de euros cuando la capitalización del grupo ni siquiera alcanza los 120 millones en estos momentos. Situación con la que no se sienten nada a gusto los inversores.
Eso explica en gran medida en gran medida el importante paso atrás desde los máximos anuales, en cerca de 1,5 euros por acción, hasta su actual precio de mercado a poco más de 1,2 euros, ya sin apenas revalorización respecto a principios de año y con un perfil preocupante y muy volátil, con grandes altibajos que apunta a la cota del euro por acción de perder la línea de soporte sobre la que se encuentra en la actualidad sobre los 1,2 euros.