El BCE po­dría ade­lan­tarse a la Fed en el re­corte de ti­pos, pero de forma más suave

Inversis apuesta por la renta fija frente a la variable por las expectativas de tipos altos

La firma de in­ver­sión prevé que el sector tec­no­ló­gico en EEUU siga al alza gra­cias a la IA

Muñoz-Alonso, Inversis.
Muñoz-Alonso, Inversis.

La ac­ti­vidad eco­nó­mica ha arran­cado 2024 con una gran re­si­liencia más allá de lo pre­visto du­rante el año pa­sado por el con­senso del mer­cado ca­rac­te­ri­zado por un cre­ci­miento dé­bil, aunque ale­jado de re­ce­siones y la per­sis­tencia de la in­fla­ción. En de­fi­ni­tiva, un año de transición hacia una nor­ma­li­za­ción ma­cro­eco­nó­mica. Así lo ob­serva Inversis, del grupo Banca March, en su in­forme sobre el pa­no­rama global y re­gional del ac­tual es­ce­nario ma­cro­eco­nó­mico en base al cual pre­para su es­tra­tegia de in­ver­sión para este tri­mes­tre.

Para su estratega jefe macroeconómico, Ignacio Muñoz-Alonso, detrás de esta “anomalía” se encuentran las demoras en la ejecución de fondos covid, una desigual apertura de China y factores estructurales, como un menor peso de la deuda de los hogares y un consumo que finalmente se encuentra menos afectado por la subida de tipos.

Si el año pasado estuvo caracterizado por un tono general optimista en los mercados gracias al impulso de las tecnologías y las expectativas de un cambio de ciclo de los bancos centrales, con EEUU creciendo un 2,5% y la zona euro esquivando la recesión con un crecimiento del 0,4%, en 2024, Inversis espera que continúe la ralentización de la economía en todas las áreas, antes de un repunte moderado en 2025.

“Hasta que llegue ese punto de inflexión, durante este año deberíamos ver una moderación del crecimiento y del consumo de los hogares, igualmente una moderación en los niveles de crecimiento de los precios, tipos de interés elevados durante la mayor parte del año y el mantenimiento de riesgos geopolíticos”, ha destacado Muñoz-Alonso.

2024 será un año de menor crecimiento económico

Por regiones, en EEUU se espera un año marcado por una desaceleración del crecimiento, en torno al 1,4-1,7%, a medida que la política monetaria despliegue sus efectos. La expansión, llegará de manera ligera durante el año que viene permitiendo un aterrizaje suave de la economía, en línea con la moderación del consumo y los salarios. Una vez parece terminado el ciclo alcista de tipos, todo apunta que el IPC se mantenga por encima del 2% hasta final de año con una política fiscal que puede remitri, pero que se mantendrá en tono expansivo al ser año electoral.

En la zona euro, el frenazo del crecimiento de la economía europea en 2023, lastrada por los precios de la energía y los alimentos, los tipos de interés y la debilidad de las exportaciones, darán paso a un 2024 con un crecimiento aún moderado, entre un 0,7 y un 1%, y muy asimétrico entre los países del euro, que no se doblaría hasta 2025 gracias a los efectos de los fondos Next Generation. El mercado laboral podría desacelerarse en los próximos trimestres en consonancia con un ligero aumento de la tasa de desempleo, que se elevaría hasta el 6,7%, tres décimas por encima del 6,4% actual.

Mención aparte merece Alemania. Tras la contracción de su economía el año pasado crecerá muy levemente en este curso al ser el país más afectado por la revisión a la baja de las expectativas de crecimiento de China.

En cuanto a China, la estimación de crecimiento de su economía para 2024 se sitúa en el 4,6%, mostrando que mantiene un ritmo aún muy moderado y por debajo de las expectativas. Los retos de China para superar esta situación pasan en el corto plazo por controlar el mercado inmobiliario y el consumo. Más a largo plazo, los riesgos pasan por el excesivo endeudamiento de los gobiernos locales y una población que lleva dos años contrayéndose.

La menor inflación condicionará la rebaja de tipos de interés

En este escenario, ha destacado el estratega jefe de Inversis, “en general asistiremos a una moderación de las grandes fuerzas inflacionarias que dominaron los años precedentes dando paso a una fase de contención de precios, marcada por efectos de segunda ronda, vía salarios, inflaciones subyacentes en declive y una moderación de precios de alimentos y energía.

En EEUU, solo los precios de la vivienda continúan por encima de las medias históricas, con una inflación de servicios aún elevada y una contribución negativa de los precios de la energía. Las previsiones de inflación se sitúan todavía por encima del 2% para este año, se quedaría en el entorno del 2,2-2,5%, con la subyacente entre el 2,4 y 2,7%.

Con este panorama, la FED espera cerrar 2024 con los tipos en el 4,6%, lo que implicaría tres bajadas continuadas de 0.25% a lo largo del año. No obstante, deberá apurar los tiempos pues el calendario electoral suele imponer restricciones a las bajadas. Históricamente, la reserva federal no se mueve a partir de septiembre.

En la zona euro la lucha contra la inflación ha dado sus frutos, cerrando 2023 en el 2,9%, mejorando notablemente las previsiones del BCE de junio (+5,4%). Aun así, la cifra puede enmascarar una realidad que siga aún “enmascarada” por los precios de la energía. La subyacente continúa moderándose, en el entorno del 3,4%, pero aún se mantiene lejos del objetivo fijado.

El contexto de precios ha permitido al BCE normalizar su balance y todo apunta a una bajada de tipos a partir de la segunda mitad de 2024, incluso que empiece el ciclo de bajadas antes que la FED, aunque luego esta será bastante más intensa en cuanto a los recortes.

Estrategia de inversión de Inversis

En líneas generales, se prevé que la incertidumbre actual pueda traducirse en un aumento de aversión hacia la renta variable después de un buen 2023. Todo dependerá de si los menores crecimientos y la desaceleración de los precios están o no anticipando un deterioro macro.

En este sentido parece consolidarse un panorama de oportunidades históricas en renta fija a medida que se moderan los datos económicos y se flexibilizan las políticas de los bancos centrales, ya que suele comportarse muy bien con el fin de las subidas de tipos. Así, en este momento la renta fija ofrece un potencial de crecimientos muy generosos en los próximos años.

El desequilibrio que persiste entre oferta y demanda de bonos y la normalización de la curva prevista para 2024, anima a una infraponderación de liquidez por bonos de alta calidad a corto plazo y neutrales/sobreponderadas en tramos superiores a los cinco años. En cuanto al crédito, los retornos siguen siendo atractivos a pesar la compresión de las primas y se aconseja mantener posiciones en bonos de calidad, siempre en activos con grado de inversión salvo oportunidades puntuales.

En renta variable, las estimaciones coinciden en una mejora notable este 2024. No obstante, la situación global hace pensar que la estimación de beneficios empresariales podría estar sobrevalorada ante un entorno de contracción del crecimiento de ventas, menor consumo e inversión y una previsión de bajadas de tipos más intensa de lo que los datos actuales indican.

En EEUU, la escalada de múltiplos coloca a los índices de renta variable en zonas superiores a la media histórica, mientras que en Europa se está aún por debajo de la media de los últimos 12 años. La firma se mantiene así infraponderada en mercados desarrollados y preferencia por las economías asiáticas dentro de los emergentes.

España estará muy en línea con la tendencia marcada en Europa. Probablemente, debido a sus características específicas, la desaceleración no será tan acusada como en el conjunto de los países de la unión, En general, los sectores ligados a los servicios y el turismo seguirán muy potentes, con una alta contribución al PIB, lo que impedirá observar una desaceleración demasiado acusada.

En este contexto, por sectores, Inversis mantiene su estrategia en comunicaciones, consumo discrecional, industrias básicas, salud o tecnología. Pese a la fortaleza mostrada en 2023, sobre todo en Estados Unidos gracia a los siete magníficos, todavía es observable un recorrido al alza en función de cómo vayan recogiendo estas empresas los avances en Inteligencia Artificial.

Esta supondrá un elevado potencial en función de cómo consigan trasladarla a sus beneficios. “Aunque también existe un cierto riesgo de que la burbuja se desinfle, en principio parece que el tirón de la IA se va a mantener” ha afirmado Muñoz-Alonso. El peso de la tecnología en Europa, por su parte, es muy marginal, lo que condiciona las inversiones en la región.

Por el contrario, la firma se mantiene alejada del sector financiero y de consumo básico. El sector financiero sufrirá más conforme se vayan reduciendo los tipos de interés con una reducción de los márgenes y los beneficios, mientras que el consumo básico se verá lastras por la desaceleración económico que suele afectar de forma inmediata a las rentas bajas y medias.

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