En esta maravillosa ciudad el líder ‘popular’ pasaba un fin de semana de ejercicios espirituales con la cúpula de su formación política intentando encontrar fórmulas para hacer una oposición efectiva a Pedro Sánchez, lo que a día de hoy se antoja francamente muy complicado. Y ya que pasaba por allí no quiso desperdiciar la oportunidad de dar un poco de caña a Page.
Feijóo aseguró que “conviene practicar lo que predicamos porque los dobles mensajes no valen nada”, en una clarísima referencia a las permanentes descalificaciones que el presidente castellano-manchego hace de la política de Sánchez, pero sin que el líder regional hasta ahora haya pasado nunca de las palabras a los hechos y se haya enfrentado de verdad a él.
Y no será por las innumerables veces que el PP se ha dirigido públicamente en los últimos meses a él y a todos los socialistas díscolos con la política gubernamental animándoles siempre a ejercer su derecho a discrepar, si es posible cambiando las estrechísimas y caras votaciones con las que el Gobierno suele sacar adelante sus propuestas por su pavorosa y cada día mayor debilidad parlamentaria.
La hemeroteca de Page contra Sánchez da para escribir un libro, y probablemente alguien lo redacte en breve, ya que lleva años manifestándose públicamente en contra de la mayor parte de las decisiones y actuaciones de gobierno de los ejecutivos de Sánchez.
Discrepancias permanentes
Page prácticamente ha estado en contra de la mayor parte de actuaciones del secretario general socialista desde que este es presidente del Gobierno, bueno incluso antes, cuando se medía a otros candidatos para la secretaría general del PSOE como Susana Díaz. Pero el tono de sus declaraciones ha ido en aumento a medida que el Ejecutivo se ha ido entregando a sus socios independentistas, lo que saca de sus casillas a Page, que siempre ha defendido la unidad de España y la necesaria igualdad de todos los territorios.
Si con ERC y con Bildu como garantes de la estabilidad en la anterior legislatura, al presidente castellanomanchego solo le falto echar espuma por la boca, con la irrupción directa del fugado Carles Puigdemont como primera espada de la política española tras los últimos resultados electorales, Page empieza a parecer cada vez que habla que está a punto de sufrir un colapso.
Es pública y notoria su animadversión contra Bildu, a los que considera herederos de los que antes empuñaban las pistolas contra los demócratas. Además, hace poco se supo que había estado en el punto de mira de ETA, cuando poco antes de las últimas elecciones autonómicas en las que revalidó su mayoría absoluta, su antecesor, mentor, y también exministro de Defensa, José Bono, desveló que Page estuvo en el “foco” del grupo terrorista.
Estuvo en el foco de ETA
Según Bono, “siendo presidente, me llamaron de Interior, me pidieron que no lo dijera. Y yo no lo he dicho hasta ahora y han pasado muchos años. Me dijeron que la Policía había descubierto por orden judicial un piso franco de ETA y que había allí documentación sobre dos consejeros de mi gobierno, que me preocupase y que tomase medidas. Y uno de ellos era Page”, que desde aquel entonces supo que había sido espiado por ETA.
La cuestión es que las últimas decisiones de Sánchez impuestas desde Waterloo, sobre todo la amnistía, pero también el reciente anuncio de entregar a la Generalitat la política de inmigración y hasta la posibilidad de penalizar a las empresas catalanas que se fueron durante el ‘procés’ y que ahora no vuelvan a Cataluña, han provocado otro clásico arrebato del presidente de Castilla-La Mancha.
Su hermano gemelo dejó el PSOE
Por si todo esto no fuera suficiente para meter presión al susodicho, a finales del año pasado nos enteramos que Page tiene un hermano gemelo que se llama Javier, que se ha dado de baja en el PSOE por la deriva del partido en los últimos años y especialmente por lo que está pasando ahora, que según sus propias palabras han hecho “incompatible” su militancia con este “nuevo PSOE”.
Javier García-Page comunicó esta decisión a la secretaria general de la Agrupación Socialista de Toledo, en una carta en la que señalaba que su decisión de causar baja es “inmediata y sin posibilidad de cambio de opinión”.
Ahí es nada. Desde entonces, pensamos que ahora con mayor respaldo familiar, el presidente castellanomanchego continúa elevando el tono de sus críticas al Gobierno central, a medida que este sigue los designios de sus socios nacionalistas, sobre todo de los siete votos de Junts, que siguen contaminando de forma tóxica la política nacional a niveles nunca antes alcanzados.
Deja de ser noticia
La cuestión es que se ha convertido ya en una costumbre para los medios de comunicación preguntarle sobre la última decisión del Gobierno central, obviamente esperando siempre sus contundentes críticas para los titulares. Pero esto empieza a cambiar y va dejando de ser noticia.
Este hasta ahora clásico periodístico empieza a cansar, a aburrir a todos. Está llegando incluso a exasperar a quienes creen, que cada día son más, que ha llegado la hora de pasar de las palabras a los hechos para evitar daños irreversibles en las políticas de Sánchez. Sin duda, Page está ante una disyuntiva muy complicada en estos momentos de su vida y lo más probable es que tenga que tomar cuanto antes una decisión contundente si no quiere convertirse en una caricatura de sí mismo. Con toda seguridad él no ha buscado esta situación, pero las circunstancias le han ido llevando a ello.
Levantarse en armas
La decisión para escapar de esta extraña suerte de maldición mediática parece tan sencilla que apenas ofrece dos opciones. O se calla y olvida o modera sus permanentes críticas al Gobierno central o actúa en consecuencia a sus palabras y empieza a poner en marcha aquello de “practica lo que predicas”, lo que dicho de otra manera supondría levantarse en armas contra Sánchez, que son palabras mayores.
Esto dicho así parece muy fácil pero no lo es y podría entenderse perfectamente que Page opte por no hacer nada y seguir como hasta ahora, pese a los riesgos que ello conllevaría. Pero sería legítima y entendible esa actitud.
No hay más que pensar en cuantos relevantes políticos socialistas, Felipe González, Alfonso Guerra y una larguísima lista que no deja de crecer, están criticando abiertamente las políticas de Sánchez, pero no hacen nada más que declaraciones, probablemente por la lealtad a unas siglas políticas ya centenarias.
Cuando afecte a sus ciudadanos
¿Por qué Page tendría que ser distinto? Quizás, la única diferencia con la mayoría de ellos es que Page está presidiendo una comunidad autónoma que puede verse perjudicada por los pactos con Puigdemont y eso ya es otra cosa, ya que afectaría a todos los ciudadanos de su región a los que se debe, ¿será este el Rubicón de Page?
Según dicen los psicólogos, para no resultar incoherente, que es la situación en la que sin duda se encuentra ahora el presidente de Castilla-La Mancha, lo primero que una persona tiene que hacer es aprender a decir que no. Lo que habitualmente no se hace por dos motivos, por pena y por miedo. Y la mejor forma para aprender a hacerlo es como siempre el entrenamiento, algo que el presidente castellanomanchego lleva años haciendo ante Sánchez.
Atención, según el gabinete de psicología Serene “la pena nace de pensar en el otro antes que en ti. Tiendes a tener más en cuenta los derechos, necesidades e incluso deseos de las otras personas antes que tus propios derechos y necesidades. El miedo viene derivado de la suposición de que el otro va a enfadarse contigo y eso puede tener un efecto en la relación que tenéis.
El problema de que esto ocurra es que vas acumulando experiencias en las que los demás van siempre por delante. Esto implica dejarte a ti en un segundo plano, teniendo que esperar a que los demás no propongan o no quieran hacer algo para poder tomarte el tiempo que necesitas para hacer tus cosas. No dejas espacio para priorizarte y, por tanto, para cuidarte”.
Aprender a decir que no
La conclusión de Serene es que todos tenemos “derecho a decir que no. Y hacerlo tiene importantes beneficios para nosotros, como evitar la manipulación, sentir mayor seguridad en ti mismo y aumentar la sensación de libertad, lo que reduce mucho la ansiedad y la culpa”.
Es más que probable que Page esté necesitando decir que no a Sánchez cuanto antes.