Pero los analistas creen que hay también otras razones que estarían apoyando estos avances como los buenos precios que presenta el valor tras un 2023 sin apenas penas ni gloria con una mínima revalorización de poco más del 2%.
Una pesadez marcada por las fuertes presiones inflacionistas que han estado presionando los gastos operativos. Un factor en contra que poco a poco se va mitigando sin que además se esté viendo contrarrestado por una posible caída del consumo. Todo ello hace que los analistas empiecen a ver al grupo como una buena oportunidad para este año, más allá de las tensiones políticas provocadas por las intenciones de Junts de que se penalice a las empresas que se fueron de Cataluña para forzarlas a volver.
Por el contrario, el grupo sigue recogiendo unas muy buenas expectativas por el desarrollo del negocio digital en España tras la positiva experiencia mostrada en el mercado inglés y norteamericano. En este sentido, los expertos esperan una recuperación de la facturación en el último trimestre y que esta se mantenga en los próximos meses, reforzando el ritmo de crecimiento del grupo.
Su escaso “free float”, con Félix Revuelta controlando un 78% del capital, es el principal hándicap para los inversores, que asumen un alto riesgo de verse pillados en caso de que no se cumplan las previsiones.