Un artículo del Financial Time -Big Government is back- subrayaba que en la reciente reunión de los banqueros centrales en Jackson Hole, el tema estrella no fue el precio del dinero y la inflación sino una académica discusión sobre los volúmenes crecientes de deuda pública y los recursos para financiarla.
El profesor Barry Eychengreen, de la Universidad de Berkley, acaparó la atención de los ilustres banqueros señalando que el creciente volumen de deuda pública no se detiene y no será fácil corregirlo en un próximo futuro.
Un problemático incremento del PIB y, en consecuencia, de las bases tributarias, no garantiza suficientes ingresos recaudatorios. La alternativa no sería otra que subir los tipos impositivos. Es decir, más impuestos.
En un pasado cercano los partidos conservadores capitaneados por Reagan y Thatcher impusieron un neoliberalismo que significaba, nada más y nada menos, que “Menos Estado”. La caída del Muro de Berlín ponía fin a la guerra fría.
Gastos de defensa más contenidos y un incremento espectacular de los intercambios internacionales que aparejaban avances en la producción y en el empleo. Se disipaban los obstáculos para atender a unas poblaciones envejecidas necesitadas de mayores cuidados sanitarios. Mas mercado y menos Estado.
La pandemia, otro inconveniente
Aparece el covid, las transacciones mundiales de mercancías se recortan mientras se disparan los precios del gas y del petróleo. Cae la actividad y las empresas reclaman ayudas. Guerra en Ucrania e incremento de los gastos de defensa. Inflación subida de tipos de interés.
A la vez crece el número de pensionistas como indica el coeficiente de dependencia, número de mayores de 65 años respecto al de veinteañeros, que según los cálculos de la OCDE pasaría del 33% en 2023 al 36% en 2027 y al 52% en 2050 en los países de la organización.
Ahora bien, decirles a los electores que no hay otra alternativa que subir los impuestos no es el mensaje más atractivo para ganar unas elecciones. Desde el Instituto de Estudios Fiscales británico se argumenta, como contrapartida a una subida de impuestos, reducir las prestaciones sociales.
Esa fue la fórmula adoptada por el RU en su “mini Budget”. El gobierno británico rebajó los impuestos en 45.000 millones de libras en 2022. Consecuencia: incremento vertiginoso de la deuda pública y emisiones masivas de bonos y obligaciones del Tesoro y caída de los respectivos gobiernos. Todo un ejemplo de lo que no se puede hacer si se quiere reducir el endeudamiento.
Una incómoda pregunta: ¿cómo se puede reducir el endeudamiento bajando los impuestos?