De esta manera, y según anunció la compañía, Repsol desembarca en el negocio eólico terrestre de Estados Unidos con la adquisición de ConnectGen, con una cartera de proyectos de 20.000 MW y capacidades de desarrollo, al fondo estadounidense Quantum Capital Group por 768 millones de dólares (unos 715 millones de euros). Quantum Capital Group es un fondo estadounidense especializado en los sectores de energía y transición energética.
Con este acuerdo, Repsol añade una plataforma de energía eólica terrestre en Estados Unidos, complementaria a los activos solares y de almacenamiento de Hecate. Esta operación refuerza la posición de Repsol en el sector de energías renovables, expande su presencia internacional y apoya el objetivo estratégico de alcanzar 20.000 MW de capacidad instalada en 2030.
"Esta operación supone otro hito en la estrategia de Repsol Renovables, al reforzar su posición como actor global en este sector energético, incrementar su presencia internacional y contribuir a su objetivo de alcanzar 20.000 MW instalados en 2030", ha destacado la compañía, que de esta manera acelerara su transformación multienergética y convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050.
Venta
En este marco se encuadra también la decisión de vender a Peyto, una empresa energética con sede en Calgary, sus activos de exploración y producción en Canadá por 468 millones de dólares, unos 435 millones de euros al cambio actual.
El acuerdo en Canadá abarca todos los derechos mineros, instalaciones e infraestructuras del negocio de exploración y producción de petróleo y gas de Repsol en el país entre los que se incluyen los activos del área Greater Edson, que tienen una producción neta de 23 kbep/d, principalmente gas.
Pese la venta de activos, Repsol mantendrá operaciones comerciales y logísticas en Canadá a través de su instalación de GNL St John y su negocio de trading. Se prevé que la adquisición se cierre a mediados de octubre, sujeta a las condiciones de cierre habituales, incluida la recepción de las aprobaciones regulatorias necesarias.
El grupo energético español está reenfocando de este modo su cartera de exploración y producción mediante la rotación de activos para concentrarse y consolidarse en áreas clave -preferentemente países de la OCDE- con especial foco en Estados Unidos, donde Repsol ha construido una posición que genera sinergias y por tanto mayores ventajas competitivas.
Este proceso de racionalización del portafolio se está llevando a cabo a través de una serie de desinversiones en lugares no estratégicos, reduciendo la presencia de Repsol en exploración y producción de 25 a 14 países tras la venta de activos en Vietnam, Malasia, Papúa Nueva Guinea, Australia, Grecia, Marruecos, Irak, Bulgaria, Ecuador y Rusia.
Por el contrario, Repsol está centrando los nuevos desarrollos en regiones con alto potencial de crecimiento como Estados Unidos o Brasil, así como llevando a cabo adquisiciones selectivas en activos no convencionales y en aguas estadounidenses.
Alta capacidad de exploración
Un proceso de rotación de activos que se fundamenta en la alta experiencia exploratoria que le ha permitido realizar algunos de los descubrimientos de hidrocarburos más significativos a nivel global de la última década. Gracias a este “know how” la cartera de exploración ha generado numerosas oportunidades que ahora están siendo desarrolladas.
Desde 2020, Repsol ha realizado catorce hallazgos que han añadido importantes recursos, principalmente en Estados Unidos y México, cuyo desarrollo contribuirá a mantener los actuales niveles de producción hasta el final de la década.
En línea con el Plan estratégico 2021-2025 de Repsol, su negocio de Exploración y Producción también está en camino de convertirse en líder en la reducción de emisiones de CO2 en el sector, con el objetivo de reducir su intensidad de carbono en un 75 % para 2025, a partir de una línea base de 2016.
Alto valor de la cartera
La compañía confía en alcanzar estos objetivos a través de un enfoque en activos con menos emisiones por barril, mientras se maximiza y mejora la eficiencia y la innovación en los procesos utilizando tecnología de última generación y herramientas digitales, así como el desarrollo de proyectos asociados para capturar y almacenar CO2.
El valor de la actual cartera de activos y la estrategia a largo plazo de Repsol para su negocio de Exploración y Producción se visibilizaron a través de la asociación con EIG, que adquirió una participación del 2 5% por 4.800 millones de dólares (unos 4.660 millones de euros), valorando la unidad en 19.000 millones de dólares (unos 17.670 millones de euros) y superando el consenso de los analistas.
Este acuerdo ha permitido avanzar en el objetivo de cero emisiones netas de la compañía a través de un proyecto que acelera la transformación y refuerza su perfil multienergético, al tiempo que reduce el apalancamiento y la deuda y mantiene un fuerte flujo de caja para financiar un ambicioso crecimiento y una atractiva retribución al accionista.
Unas cifras que parecen convencer a los analistas. En este mes de septiembre han emitido sendas recomendaciones de "sobreponderar", coincidiendo en una estimación de precio objetivo de 17 euros por acción que le confiere un potencial alcista superior al 15 % en el medio plazo. De momento, el nivel de los 15,5 euros está ejerciendo de barrera en los últimos meses, pero de superarlos pronto permitiría al valor seguir avanzando hacia máximos.