Y lo hace desde una entidad participada por el Estado que siempre había defendido que sería la última en entrar en la batalla del pasivo. Como el resto de grandes bancos, estaba abriendo la mano con clientes concretos, realizando auténticos trajes a medida para intentar evitar la fuga a otras entidades. Hay que recordar que Banca March está pagando el 3,30% a un año a quienes deciden cambiar de banco y llevan dinero nuevo.
Con la decisión de CaixaBank, Nadia Calviño se apunta un tanto. La vicepresidenta clamaba el lunes porque la banca mejorara la retribución de los depósitos. En realidad, el sector no había dejado de hacerlo a lo largo de todo el año, pero es cierto que no había entre los grandes grupos ni una sola oferta abierta al conjunto de la clientela. Ahora sólo es cuestión de tiempo que el resto de grandes se sume al movimiento.
Santander (que a través de su banco online Openbank sí paga, hasta un 3,07% en determinadas condiciones), BBVA, Sabadell, Bankinter o Unicaja están abocadas a lanzar más pronto que tarde ofertas para todos sus clientes. No serán tan generosos como lo son fuera -Santander y BBVA pagan el 7% ó el 5% en Reino Unido o Italia-, pero los tipos sí serán suficientes para evitar que los clientes busquen nuevos destinos.
El 2% a un año que ofrece CaixaBank es el nivel de referencia para sus competidores. Pero hay que tener en cuenta que la oferta se sitúa todavía claramente por debajo de la retribución media de los depósitos en España, que al cierre del mes de julio era del 2,33%. El porcentaje subía hasta el 2,36% en el caso de los productos a 12 meses. No se debe esperar que los grandes bancos superen estas cotas a corto plazo.
ING contrataca
En paralelo al anuncio de CaixaBank, ING ha lanzado un depósito al 2,75% a cuatro meses tanto para los ya clientes como para los nuevos que realicen nuevos ingresos entre los días 6 y 30 de septiembre. Una iniciativa para captar dinero nuevo de forma rápida que significa que las entidades con más fuerza del país han puesto en marcha la maquinaria comercial en un comienzo de curso de muy altos vuelos.
ING ha subido también el rendimiento de sus depósitos a 12 y 18 meses hasta el 2,25%. Los movimientos del banco naranja y de CaixaBank suponen un antes y un después en la guerra del pasivo. Aunque las grandes entidades no van a tirar la casa por la ventana, su enorme capacidad de venta va a dar la vuelta a la tortilla a un mercado en el que bancos pequeños y medianos estaban llevando la iniciativa sin apenas oposición.
"Aunque cada vez más entre estas pequeñas y medianas entidades están ofreciendo rentabilidades que ya superan el 4% a seis o doce meses, la realidad es que si quieren seguir compitiendo en un campo de batalla al que se incorporan los grandes tendrán que forzar la máquina. Es decir, mejorar sus ofertas para mantener la capacidad de atracción", señalan fuentes financieras.
Lo cierto es que se adivina en el horizonte un final de 2023 de lo más calentito. Se abre un nuevo mundo de posibilidades para los ahorradores que no quieren asumir riesgos y que están ante una oportunidad única, nunca vista tras una era histórica de tipos negativos. Una etapa que queda definitivamente enterrada con el primer paso de los grandes bancos para retribuir los depósitos.