La venta de in­mue­bles co­mienza a re­sen­tirse pese al efecto de la in­fla­ción

La fuerte caída en la concesión de hipotecas pone en estado de alerta al sector bancario

El temor a la mo­ro­sidad acentúa la aver­sión al riesgo a la hora de con­ce­derlas

Hipotecas.
Hipotecas.

La subida de los tipos de in­terés está mar­cando la re­cu­pe­ra­ción de los már­genes en el sector ban­cario y con ello el cre­ci­miento de los be­ne­fi­cios. Eso es­taría ex­pli­cando el papel de li­de­razgo de los bancos en el mer­cado ac­tual. Sin em­bargo, sobre su ac­ti­vidad so­bre­vuelan al­gunos preo­cu­pantes nu­ba­rro­nes. Cada vez pa­rece más com­pli­cado que la mo­ro­sidad pueda man­te­nerse bajo con­trol por mucho más tiempo tras tocar su menor nivel desde julio de 2008 y se es­pera un re­punte para fi­nales del ejer­ci­cio. Con todo, uno de los as­pectos que más in­quietan es la pro­gre­siva caída de las hi­po­tecas

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El número de préstamos hipotecarios concedidas en España ha registrado un descenso del 18,8 % interanual durante el mes de julio. El importe medio se ha reducido en un 2,1 % -2,1, hasta 143.412 euros, y el importe total ha retrocedido un -20,9 %.

Datos que, según Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja, se encuentran en línea con las cifras que se vienen recogiendo a lo largo del año. Se trata de una esperada corrección desde los niveles que llegaron a niveles considerados insostenibles tras el afloramiento de la demanda embalsada durante la pandemia. A ello se suma los cambios en las preferencias y en los hábitos de los compradores después de la covid.

La compra-venta de vivienda se resiente

En el año, hasta julio, la caída del número de hipotecas concedidas ha sido del 14,4 %, el importe medio ha descendido un 1,9 % y en el importe total concedido ha mermado un 15,8. El número de hipotecas concedidas había alcanzado un máximo de 467.000 acumuladas en doce meses hasta noviembre de 2022. En julio, este dato se había reducido hasta 425.000

Además de los elevados niveles de partida, detrás del enfriamiento del mercado hipotecario se encuentra sin duda la subida del precio de las hipotecas, señala Martínez, como consecuencia del alza del euríbor.

Según las estadísticas del INE, que parten de los datos del Registro de la Propiedad, el tipo de interés medio al inicio de las hipotecas constituidas fue en julio del 3,24 %, 1,3 puntos más respecto al 1,92 % de un año antes. Este incremento refleja los cambios en las condiciones de los mercados financieros internacionales y, en particular, de la política del Banco Central Europeo, que de julio de 2022 a julio de 2023 ha subido el tipo de referencia en 3,5 puntos, movimiento que se ha trasladado a una subida de 3,65 puntos en el euríbor a 12 meses.

Prudencia con los dividendos

Sin embargo, la situación tampoco es tan crítica como parece, lo que da cierto margen a la banca para seguir preparando el paraguas frente a este nubarrón. A diferencia del ciclo de la burbuja inmobiliaria, no se han producido excesos en este mercado. Eso se aprecia, por ejemplo, en la evolución de los precios de la vivienda, que aún suben a pesar de la caída de las compraventas, o en la escasa corrección del importe medio de las hipotecas concedidas.

No obstante, como viene advirtiendo el Banco Central Europeo, recuerda el analista de Ibercaja, “los tipos de interés altos van a permanecer durante un período prolongado”, de forma que cabe seguir esperando una progresiva caída en la concesión de hipotecas en los próximos meses. El ritmo descendente, sin embargo, se irá moderando “conforme nos acerquemos a niveles de transacciones sostenibles a medio y largo plazo”.

Un proceso que amenaza con trasladarse a los costes, lo cual puede contrarrestar en parte el beneficio de la banca por la subida de tipos. En este sentido, en el sector preocupa el empeoramiento en la solvencia de los consumidores que se une a la menor tolerancia al riesgo por parte de las entidades financieras. Este es uno de los aspectos que más preocupa al Banco Central Europeo que ha insistido en pedir prudencia a los bancos con la retribución a los accionistas.

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