Desde el historial hasta las cookies, pasando por la caché y la opción de autocompletar, una mala configuración de un navegador puede convertirse en la vía hacia el desastre.
“Las notificaciones push, una herramienta común y práctica que suelen utilizar los sitios web para alertar de noticias o cambios importante, también sirven a los ciberdelincuentes para estafar a la gente y conseguir que entre en sitios web falsos. Es una amenaza común, pero peligrosa, y ahora estamos viendo el mayor aumento de estafas de notificaciones push en años”. Así de categórico se mostraba el fabricante de antivirus Avast, muy conocido entre el público por la versión gratuita de su producto.
Ojo con las notificaciones
Las notificaciones de las que habla, que se han colado en los ordenadores de todos los hogares gracias a estrategias engañosas, constituyen un auténtico peligro. Los ataques informáticos han aumentado un 40% en las últimas semanas, con el método push como uno de los preferidos por los hackers. La dinámica es sencilla: persuasión para habilitar las notificaciones y, en una segunda fase, envío de links a falsas páginas que “despluman” al internauta.
Avast aconseja a los usuarios que visiten sólo sitios web de confianza, que se lo piensen bien antes de aceptar las notificaciones en el navegador, un click que aparece en un momento de mayor prisa. En tercer lugar se aconseja que no se haga clic en enlaces sospechosos.
“Al navegar, sea cual sea el navegador que utilicemos, estamos exponiendo nuestros datos personales en mayor o menor medida. Credenciales de usuarios, enviamos mensajes con información personal, descargamos archivos… En muchas acciones podemos registrar el historial de navegación, guardar las credenciales o el uso de cookies, que siempre está presente. Pero todo esto a veces puede volverse en contra y ser utilizado de mala manera”, advierte la web especializada Redes Zone.
Según esta web, el historial de navegación constituye un auténtico coladero por el que se pueden introducir los hacker para desplumarnos. Pone al descubierto nuestros intereses, lo que puede ser aprovechado por los piratas para realizar actividades en nuestro nombre sin que el banco pueda enterarse. Lo mejor es borrar el historial.
Los datos de inicio guardados, lo que se conoce como autocompletar, puede convertirse en una auténtica bienvenida para los piratas. Pueden llevarles a cuentas bancarias, facilitándoles el trabajo y el posterior pufo. Lo mejor es no almacenar las credenciales. Casi es mejor apuntarlas en una libreta de papel en casa y esconder esta en cualquier cajón.
La función de autocompletar hay que desactivarla porque puede ofrecer información de cuestiones tan privadas como el domicilio.
Y qué decir de las cookies. Hasta el más ignorante sabe que hay que eliminarlas con regularidad porque son “archivos que se almacenan localmente para identificar a los usuarios”.
La caché del navegador, que ayuda a cargar las páginas de forma más rápida y sencilla, “almacena información sobre dónde hemos estado o qué hemos visto. El malware podría aprovechar esta información”. Limpie su caché con frecuencia.