Ya lo son para las familias, que ven como el euribor va camino de encarecer el coste mensual cerca de 4.000 euros al año. El esfuerzo de los hogares es ya extraordinario, y ahora puede pesar mucho el factor psicológico porque hace apenas una semana parecía que había pasado lo peor. En agosto, el índice bajó por primera vez respecto al mes anterior en casi 20 meses. Un alivio menor que se ha demostrado que no era el punto de inflexión.
Pero también van a sufrir quienes están negociando una hipoteca o tienen pensado contratarla en los próximos meses. Los últimos datos de julio del Banco de España indicaban que el tipo medio se había mantenido en el 3,75%, el mismo que en el mes de julio anterior. Los bancos habían aprovechado la tregua del euribor para dejar sin cambios las condiciones y estimular una demanda con tendencia a la baja.
Decisión aplazada
Una situación que debería haberse mantenido en agosto y que ahora puede saltar por los aires. La subida de casi el 3% del tipo diario del euribor en apenas cinco días hábiles puede consolidarse según los analistas, que creen que lo normal tras el último movimiento del BCE es que el euribor a un año se desplace poco a poco hasta niveles del 4,3% ó el 4,4%. Y eso suponiendo que la subida de tipos del BCE sea la última.
Esta semana llega el turno de la Reserva Federal estadounidense. Todo lo que no sea que la institución deje los tipos donde están sería un sorpresón mayúsculo. Descontado que no habrá cambios, lo que importa de verdad es que el presidente Jerome Powell ofrezca pistas sobre si habrá otra vuelta de tuerca de 25 puntos básicos antes de que termine 2023. Todo el mercado tiene la mosca detrás de la oreja.
Con todos estos elementos en la coctelera, los bancos pueden verse obligados a subir los precios de las hipotecas más pronto que tarde. "Si se consolida esta subida del euribor, no habrá más remedio. Estamos viendo un movimiento muy brusco de adecuación a una nueva realidad, porque hasta hace 15 días el mercado estaba descontando mayoritariamente una pausa en la subida de tipos en Europa. Ahora todo ha cambiado", señalan en un banco nacional mediano.
Para las familias, una nueva subida sería un golpe en muchos casos letal, porque ampliará el rango de hogares que ya no pueden acceder a una hipoteca. Pero el palo no es menor para el sector financiero, que ve como la nueva producción ha caído cerca de un 20% en los siete primeros meses del año y que apenas tiene palancas para reactivarla. Por el contrario, el viento vuelve a soplar muy en contra.
Con cada vez menos hipotecas fijas -se pueden contar con los dedos de una mano- por debajo del euribor y con préstamos variables cada vez más onerosos en la parte fija inicial, la oferta hipotecaria es cada vez más restrictiva. El temor de las familias a endeudarse en un contexto económico todavía incierto hace lo demás en un mercado hipotecario en el que, muy a su pesar, el euribor vuelve a tener mucho protagonismo.