La última palabra la tendrá la autoridad reguladora Anatel, sometida desde hace meses a la fuerte presión de las pequeñas operadoras (PPP’s) representadas por Abrintel, Neo y Telecomp. De ser muy potente esta presión es probable que la autoridad reguladora ceda e imponga algunas comndiciones a la operación.
De lo que no cabe duda es que el veredicto del tribunal de la competencia favorable al acuerdo entre Vivo y Winity condicionará de algún modo la decisión de Anatel. Pero a favor, ya que no ha enconytrado ninguna ilegalidad ni abuso de posición dominante.
Así, pese a la fuerte presión ejercida por las PPP’s a través Abrintel, Neo y Telecomp, y teniendo además en cuenta que Winity es un nuevo actor en el sector, el CADE afirma textualmente que “nada de lo firmado entre ambas operadoras genera riesgos para la competencia”. Para el CADE cabe tener también en cuenta la “racionalidad económica” de la operación, que considera vital tanto para el “modelo de negocio de Winity” como los objetivos nacionales de cobertura 5G.
Además de hacerse con la mitad del bloque de espectro nacional de 10+10 MHz adquirido por Winity en la subasta de licencias 5G y distribuido por 1.100 ciudades, donde ya ofrece servicios 4G, en el ámbito del mismo acuerdo la operadora brasileña de Telefónica también se hará con 'sites' y torres de antenas de la operadora de infraestructuras controlada por el fondo Patria para ofrecer servicios de “roaming” y “RAN sharing” en el mercado mayorista.
Expansión de Winity
Winity subraya al respecto que los próximos seis años tiene previsto instalar hasta 19.000 nuevos “sites” y antenas, con un volumen de inversión de 12.000 millones de Reales (190 millones de euros). CADE, además, techaz-o entrar en consideraciones relacionadas con una eventual violación de las reglas básicas de la subasta 5G: más allá de la cuestión del precio, lo que también jugó a favor de Winity, fue el favorecer la entrada de un nuevo actor internacional con peso suficiente para para dinamizar la competencia.
Cabe recordar que la operadora nacional Oi, en riesgo de quiebra, no tiene claro su futuro, y sin capacidad de maniobra para hacer una seria competencia a Telefónica/Vivo, América Móviles/Claro y Telecom Italia/TIM.
Advertencia
Em todo o caso, Vivo y Winity advierten Anatel que no cabe dictar ningún tipo de condiciones al acuerdo firmado, y que consideran en línea con los objetivos de la subasta de licencias 5G destinadas a nuevos actores en el sector. En línea con el CADE, afirman que lo que está en juego es la “sostenibilidad económica” de la operación y alcanzar los objetivos de cobertura 5G, cobertura que según Vivo será activada de inmediato en 98% de las ciudades previstas. Además, Winity no descarta avanzar con ofertas de roaming dirigidas a nuevos operadores.
Decisión final
Anatel deberá, pues, hacer prodigios de equilibrio para poder dar su “ok” final a la operación. Los más críticos, hasta rechazan la aplicación de eventuales “remedios” más o menos drásticos y reclaman la anulación de todo lo firmado.
Su tesis es que cualquier reparto del espectro 5G adjudicado a Winity tendría que ser considerado como “fraude” a las reglas de subasta de licencias realizada en 2021, que tenia como uno de sus objetivos principales facilitar la entrada de un nuevo actor importante, para hacer competencia a los tres grandes, y en ningún caso para compartir espectro con algún de ellos, empezando por el “número uno” Vivo.
Una situación que fue también ponderada por el CADE. Así, tendiendo además en cuenta que queda mucho camino por andar para que el “continente” Brasil tenga un sistema único de reglas para las telecomunicaciones (reglamentación técnica, legislación antitrust, etc.), lo que el tribunal de la competencia pide a Anatel, es que antes de dictar sentencia en el asunto, tenga también muy en cuenta la necesidad y la importancia de mantener por lo menos el nivel actual de “armonía estatal” existente en el sector.
Más allá de un reparto
Anatel también deberá tener en cuenta, el recadito dejado por el CEO de Vivo, Christian Gebara. Por un lado, advirtió que el acuerdo con Winity no es un simples reparto de espectro de 700 MHz: más allá de las 1.100 ciudades en cuestión y donde Vivo ya tiene servicio 4G, las zonas rurales afectadas que podrán quedar sin cobertura 5G, suman más 6 millones de habitantes. Lo mismo pasaría con unos 2.000 tramos de carretera, que suman 35.000 kilómetros, y con un volumen diario de trafago de 7,8 millones de vehículos.
Además del acuerdo con Vivo, lo que estaría en juego seria hasta la viabilidad económica del proyecto brasileño de Winity, que prevé instalar los próximos años 19.000 nuevos “sites” y torres de antenas, para cubrir áreas geográficas que concentran 40 millones de habitantes. De lo que se trata también, es de la rapidez de expansión de la red 5G, desplegada ya en 112 ciudades, que concentran 40% de los 210 millones de brasileños, de los cuales un 10% estarán ya conectados a la quinta generación de la Net.