La mayor autonomía respecto a la electricidad y una recarga mucho más rápida convierten al hidrógeno verde en la energía limpia más idónea para impulsar los vehículos sostenibles del presente y del futuro. No en vano, el transporte por carretera de pasajeros y mercancías en España representa más del 80 % de la movilidad a nivel nacional y es responsable de más del 25 % de las emisiones totales de carbono.
Un ejemplo es CAF, que se ha convertido en un referente mundial gracias a su filial Solaris. Cifras similares al resto de los grandes países europeos que explicarían la importancia del hidrógeno verde y la carrera por posicionarse de las grandes empresas energéticas españolas. De hecho, Repsol, líder en producción, Enagás, Naturgy, Endesa e Iberdrola copan el top cinco de empresas españolas más fuertes en distribución.
La movilidad como eje de la economía sostenible
Sin embargo, la gran destacada en la fabricación de vehículos sostenibles con esta tecnología con diferencia es Construcciones Auxiliares y Contratas (CAF) tras la adquisición de Solaris en 2018. El fabricante de autobuses se ha convertido en un referente europeo para la movilidad urbana. Fruto de ello son los innumerables contratos logrados en el último año.
Una intensa actividad que ha acentuado en el arranque de este mes de septiembre. Solo en estas dos últimas semanas, la compañía ha logrado cerrar tres importantes contratos para el suministro de autobuses de hidrógeno con las ciudades italianas de Bolonia y Venecia, y la ciudad alemana de Colonia. El volumen conjunto de estos proyectos ronda los 150 millones de euros, importe que podría incrementarse en caso de ejercerse las ampliaciones contempladas en los mismos.
Estos contratos son el reflejo de la nueva realidad que se está produciendo en Europa con un creciente interés por parte de las autoridades de transportes para lograr una solución de movilidad cero emisiones, basada en la tecnología del hidrógeno.
En este sentido, Solaris lleva casi una década comercializando esta tecnología y es en la actualidad el mayor fabricante europeo con una cuota de mercado del 60 % en 2022. Un éxito que espera potenciar gracias también al nuevo modelo articulado de 18 metros, incorporado hace apenas unos meses al portfolio de productos de la compañía y por el que ya han apostado varias ciudades.
La inversión en energía renovable debe ser rentable
A día de hoy, entre proyectos ya entregados y pedidos en cartera el número de autobuses de hidrógeno Solaris supera las 300 unidades, destinadas a ocho países del continente europeo. Entre los últimos contratos destaca la adjudicación en Bolonia de un macropedido de autobuses de hidrógeno de 127 unidades. El contrato contempla además la posibilidad de incrementar el pedido con 140 vehículos adicionales.
A esta apuesta por una movilidad libre de emisiones se ha sumado también Venecia, formalizando un pedido de 90 autobuses Solaris de hidrógeno, de los cuales 75 unidades serán de 12 metros y 15 serán vehículos articulados de 18 metros. El contrato, al igual que el anterior, también incluye una opción de aumentar la cantidad de vehículos, en este caso con 18 autobuses adicionales.
Algo parecido a lo ocurrido en la ciudad de Colonia donde el operador alemán RVK (Regionalverkehr Köln GmbH), ha confiado nuevamente en Solaris para la adquisición de 18 autobuses articulados de 18 metros impulsados por hidrógeno. Se trata del tercer pedido de este tipo de vehículo. En el año 2021, Colonia recibió los primeros 15 autobuses de hidrógeno Solaris, a los que recientemente se han unido otros 20 vehículos similares, tratándose en ambos casos del modelo de 12 metros de longitud.
Con este nuevo pedido, cuyas entregas están previstas para el segundo semestre de 2024, Colonia dispondrá de una de las mayores flotas de autobuses Solaris de hidrógeno con más de 50 vehículos operando en esta ciudad alemana, la cuarta más poblada del país.
Una buena noticia no solo para CAF sino también para el planeta. Como señalan los expertos, la descarbonización se producirá a medida que las inversiones en nuevas tecnologías verdes sean rentables. Para que la economía funcione sin emisiones debe tener también sentido desde el punto de vista económico.