De este modo, se consigue reducir el capital social y, por tanto, se eleva la rentabilidad de las acciones, resultando más atractiva para los inversores.
Pero en realidad es un negocio redondo para las empresas con liquidez. La salida de caja por la compra de acciones se produce de forma gradual durante los meses que dura el programa, sin generar tensiones de tesorería. Al mismo tiempo sirve a la compañía para apoyar el precio de la acción, dándole estabilidad en momentos de debilidad del mercado. La recompra de acciones suele, además, mandar un mensaje positivo al mercado, al indicar que la compañía considera que sus acciones están baratas.
Los directivos con altos incentivos en opciones también se ven notablemente beneficiados lo que no deja de generar cierta controversia. Muchos directivos tienen en el pago en especie en acciones como parte fundamental de su retribución por lo que la propia compañía esté comprando puede generar suspicacias ante un posible conflicto de intereses además de las dudas éticas.
Gortazar, "qué mejor que invertir en acciones propias..."
En realidad, señalan algunos expertos, la recompra de acciones enmascara un problema de gestión. En muchas ocasiones, las empresas optan por la recompra al no tener claro en qué invertir el exceso de liquidez, pero eso supone perder oportunidades de crecimiento tanto orgánico como inorgánico.
Una idea que rechaza Gonzalo Gortazar, consejero delegado de CaixaBank, que en la última presentación de resultados señaló que “no veía otra mejor inversión que las propias acciones de la entidad“ tras anunciar un nuevo programa de recompra de acciones por 500 millones de euros, un 2 % del capital. La entidad da así un paso más en su plan estratégico de mayo de 2022 en el cual se comprometía en generar capital por unos 9.000 millones de euros en tres años para remunerar a los accionistas, bien en forma de dividendo o de recompra de acciones.
Pero no es la única entidad española en hacerlo. En la presentación de sus cuentas, BBVA anunciaba el objetivo de destinar otros 1.000 de euros a comprar títulos propios en su tercer programa con cargo a la hucha del capital, reforzada por los resultados.
Santander dedicará el 25 % de su beneficio al “buyback”
Santander, la entidad presidida por Ana Botín, mantiene una política similar tras comprometerse a dedicar un 50 % del beneficio a remunerar al accionista, la mitad en efectivo y la otra mitad en “buyback” que es como se conoce en inglés la recompras de acciones. La entidad renuncia así, de momento, a buscar nuevas oportunidades de negocio para centrarse en el crecimiento orgánico. En su último programa cerrado en abril, la entidad adquirió cerca de 270 millones de acciones propias tras alcanzar el límite de gasto de 921 millones de euros.
Banco Sabadell, por su parte, mantiene en marcha un programa de recompra por un máximo de 204 millones de euros, del que tenía ejecutado a finales de agosto cerca de un 56 % tras recomprar unos 103 millones de acciones por algo más de 113 millones de euros. El programa está limitado a 562,6 millones de acciones, un 10 % del capital.
Tras el nombramiento de Isidro Rubiales como consejero delegado, Unicaja Banco se ha comprometido con sus accionistas a una mejora del dividendo, una recompra de acciones de por valor de 100 millones de euros y la reducción de las provisiones.
La única entidad cotizada que ha descartado llevar a cabo un programa de recompra de acciones este año ha sido Bankinter. Jacobo Díaz, director financiero, ya apuntó en abril que la entidad considera prioritario mantener una postura de prudencia ante las incertidumbres que se están viviendo en los mercados, por lo que “no tiene ninguna intención de realizar recompras de acciones por el momento”, siguiendo las indicaciones de cautela del Banco de España.