Después de varios años de travesía por el desierto, el nuevo equipo gestor ha reconducido el negocio del grupo con una nueva estrategia basada en la diversificación de clientes, así nuevos productos y mercados para impulsar su crecimiento. Entre otras cosas, la compañía está haciendo fuertes inversiones en eficiencia energética y expandiendo su actividad hacia Asia, un mercado con un altísimo potencial.
Un esfuerzo que ya se está dejando sentir con nuevos acuerdos y contratos que elevan su presencia en proyectos de alta tecnología para la aviación, la movilidad eléctrica y la robótica. Para ello, el grupo mantiene una apuesta continua por la innovación con el fin de seguir elevando su oferta de valor añadido, perfeccionando y optimizando sus soluciones de ingeniería.
Esta estrategia se ha traducido de momento en un incremento a un ritmo de casi dos dígitos en la cartera de proyectos contratados pendientes de ejecutar. En 2022 cerró con la mayor cartera de pedidos de su historia que va camino de quedarse corta con los contratos de este año.
Todo ello acentúa el interés respecto a sus resultados semestrales. El grupo cerró el año pasado cerca del “break even” y cabe pensar ya podrían estar cerca o en beneficios en este primer semestre. Eso explica en buena medida la subida del 200 % acumulada en el año. Una espectacular tendencia alcista que puede encontrar un serio techo en las proximidades de los 0,17 euros por acción. En esos niveles podría esperarse una posible recogida de beneficios, pero de superarlo podría dar un notable impulso a su tendencia actual.