Los ex­pertos creen que la fuerte de­manda no evi­tará la con­trac­ción de la ac­ti­vidad

El mercado inmobiliario afronta el final del verano bajo la amenaza de la ralentización

El es­ce­nario de tipos no puede ser más in­cierto y an­ti­cipa un otoño duro

Vivienda.
Vivienda.

Se acaba el ve­rano y los ex­pertos em­piezan a di­bujar sus ex­pec­ta­tivas para el úl­timo tercio del año. Un ‘rush’ final que viene car­gado de sus­pense en el sector in­mo­bi­lia­rio, donde todo apunta a que pintan bastos a pesar de que hay mucha de­manda. Pero tam­bién mucha in­cer­ti­dumbre en todos los ám­bi­tos, desde el de tipos de in­terés hasta el po­lí­tico, pa­sando por el eco­nó­mico, donde to­davía hay mu­chas cartas que le­van­tar.

S&P, que está siendo certero en sus previsiones desde hace tiempo, advierte de que en todo el Viejo Continente viene una caída interanual de los precios de altos vuelos que superará el 10% en grandes mercados como Alemania y el Reino Unido y se acercará mucho a esa cota en Irlanda, Países Bajos o el vecino Portugal. Para España, un mercado muy especial por el apego histórico al mercado de vivienda, el descenso no superaría el 2,5% este año y el 1% el que viene.

Eso, antes de volver a remontar el vuelo en 2025 con una subida suave del 1,5%. Hay una realidad, y es que en España hay mucha más demanda embalsada que en el resto de Europa porque hay un problema evidente de producto final, sobre todo en primera vivienda. Pero ya estamos viendo que aún sí la actividad se resiente, sobre todo porque es mucho más difícil encontrar financiación asequible.

No antes de 2025

Efectivamente, los precios de las hipotecas no dejan de crecer. De media ya superan claramente el nivel del 4% (el 4,18% exactamente en julio, frente al 1,98% de un año antes) y todo apunta a que todavía pueden seguir escalando por encima. Sobre todo, teniendo en cuenta que desde el Bundesbank no dejan de recordar que aún es demasiado pronto para poner fin a la subida de tipos. Todo es posible de cara a la reunión del 14 de septiembre.

Estados Unidos es un buen espejo para mirarse a la hora de analizar como afecta la subida de tipos a la financiación de las familias. La escalada del precio del dinero empezó antes que en Europa, y las cifras son devastadoras: la venta de viviendas de segunda mano en EEUU ha caído casi un 17% en un año. En paralelo, el tipo de interés de los préstamos a tipo fijo ha saltado hasta los niveles más altos desde el año 2000, por encima del 7,3%.

“El gran problema no es si los tipos suben o no un poco más en septiembre o en octubre, sino que todo hace indicar que permanecerán en niveles muy altos durante gran parte de 2024. Esto va a retraer mucho la demanda en Europa, que va con retraso en el proceso respecto a Estados Unidos. Pero el precio de las hipotecas no es el único problema en clave española, porque el clima político también está muy enrarecido”, señalan en una gran consultora.

Algunas previsiones son preocupantes. Por ejemplo, donpiso ve caídas de hasta el 20% en la actividad este año porque cualquiera de los escenarios posibles es complejo en términos de gobernabilidad y, en caso de repetición de las elecciones, la incertidumbre se dispararía hasta 2024. Con estas cartas sobre la mesa, la ralentización terminará por pasar factura a un mercado cada vez más cogido con alfileres. Sólo es cuestión de tiempo.

Los expertos creen que, tanto en actividad como en con precios, viene un período de ajuste más suave en el segundo de los apartados. Pero la gran cuestión es la duración, y todo apunta a que la travesía del desierto puede ser larga más allá de que el BCE ponga sobre la mesa otra subida del precio del dinero de 25 puntos básicos el mes que viene o en octubre.

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